R E G R E S O |Fanfic Pecados Placenteros|

6

La misión de Moscú sería en unos días, todo estaba prácticamente listo. Se les había informado a todos los papeles que deberían interpretar y comenzaron a trabajar en ellos.

Yo tendría que vestirme de stripper. La bailarina principal se parece un poco a mí, por eso tomaría su lugar. Sería algo corto, un intermedio para que luego Rachel entre.

No me preocupo. No es la primera vez que bailo en ropa interior frente a hombres en las misiones.

Lo que me preocupa es que alguno de los hermanos de Antoni Mascherano me reconozca. No me pondría lentes de contacto porque la mujer también los tiene grises, sólo utilizaré una peluca de mi mismo color de cabello, sólo que el largo llegará hasta mis hombros. Nunca me cortaría el cabello, otra vez.

—Ya estoy listo, mamá.

Dedrick entró a mi estudio con su abrigo puesto. Iríamos a la galería y estaba haciendo bastante frío para él, así que le dije que se fuera a poner algo que lo mantuviera caliente.

—Déjame ordenar esto y nos vamos, cariño.

Dejé todo en mi escritorio, guardé varias cosas importantes y salí del Penthouse tomándole la mano a mi hijo. Christopher no estaba, había salido temprano a la central diciendo que tenía cosas que hacer.

Brenda, Alexa y Abby nos acompañarían, y creo que ya nos estaban esperando.

Alexa estaba un poco emocionada, era la primera vez que vería a Dedrick. Supo de él hace unos años, pero nunca lo ha visto. Luego de aquella vez, no lo volví a llevar a la central.

—Recuerda lo que te dije. No quiero que te separes de mí en ningún momento ni que hables con personas extrañas. ¿Entendido?

—Sí, mamá. —asintió

Cuando era más pequeño tuve que ponerle una mochila de monito con correa para que no saliera corriendo a los pocos sitios a los que íbamos.

—También recuerda que si no me haces caso daré media vuelta y nos iremos así comiences un berrinche. —sonreír apretando su mejilla.

Tragó asintiendo, él sabía que no mentía.

Llegamos a la galería, mi escolta abrió la puerta dándome la mano para ayudarme a bajar, luego tomé a Dedrick. Lo dejé en el suelo y tomé su mano para que caminara.

En la entrada nos esperaban mis amigas y mi pequeña ahijada. Las saludé. Dedrick se puso frente a mí.

—Cariño, recuerdas a Brenda, ¿verdad? —asintió— Pues ella es Alexa, la amiga de quien te hablé, y su hija.

—Hola. —les sonrió.

La pequeña de dos años sonrió y me acerque a ella para darle un beso en la mejilla.

La galería contaba con dos pisos, era bastante grande. Suspiré. No me gustaba el arte, pero a él le encantaba todo esto, y tengo que aguantar este recorrido de... ¿hora y media? Espero que sea menos y no más.

—Mira ese mamá, se llama...

Dedrick se sabía los nombres de todas la obras que veía.

—No se parece en nada a ti. —me dijo Alexa— Es como ver a Parker pero de pequeño.

—Lo sé.

Lo seguimos por todo el lugar, se quedaba cinco minutos viendo cada pintura. Hablaba de quien fue el pintor, el año, el significado. Ya me estaba aburriendo.

Creo que hemos pasado por los mismos cuadros cinco veces. Eso o es que todos se ven iguales.

Mi escolta, Matías, llegó con nosotras y nos dio un café a cada una.