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Varios días luego...

Christopher se recuperó por completo a los pocos días de despertar, por más que le dijeron que debía quedarse un poco más en el hospital para cerciorarse de que estaba sano, se negó y se terminó de recuperar en su casa.

Hace unos días Dedrick y yo nos mudamos a otro Penthouse, al edificio del al frente de mi hermano. Christopher se enojó un poco, pero creo que ya era momento de tener casa uno su espacio. Me costó un poco acostumbrarme a no pelar con el cada noche o cada mañana, pero todo se resuelve cuando lo llamo al despertar, o él me llama a mí.

Como si no nos fuéramos a ver en la central...

Ya volví a mi rutina normal, así que me estoy poniendo al corriente de las últimas dos misiones que se hicieron. Dedrick estaba con su padre hoy, creo que me lo traerá en un rato.

—Señorita. —Anastasia, mi chica de servicio entra a mi oficina con un gran ramo de rosas Rojas— Llegó esto para usted.

Me levanto de mi silla confundida, ella las coloca sobre mi escritorio y le pido que se retire. Tomo la nota que se encuentra pegada en una de las rosas para leer lo que dice.

"Te encontré.

A.M"

Ah... Bien por mi...

Esto era lo que me faltaba.

Tener a un Mascherano detrás de mí.

Escucho los pasos y la voz de Dedrick entrando a la casa. Antes de que pueda salir él entra, y su padre viene detrás.

Mi hijo viene hacia donde mí para saludarme, pero queda a medio camino cuando se percata de las flores. Levanta una ceja y me mira serio.

—¿Quién te dio eso?

—No lo sé, llegaron aquí.

—¿Y qué no trajo una carta? —le sigue el odioso de su padre.

—No, y no sean chismosos. —me quejo.

Dedrick se cruza de brazos sin dejar de mirarme con seriedad.

Enarco una ceja en su dirección para que se deje de cosas y se calma. Me dice que su padre y él irán a cenar, así que le pido que vaya a su habitación a cambiarse para que lo haga.

Dedrick sale rápido de la oficina.

—¿Entonces? —Dominick me sigue mirando serio. Ruedo los ojos— ¿Quién te las mandó?

Me cruzo de brazos recostando mi cadera del borde del escritorio.

—Un pretendiente de la central. —lo molesto— Tengo varios de ellos.

Lo cual no es una mentira.

—Daneiris. —da unos pasos hacia el frente.

Lo miro raro mientras se va acercando a mí.

Este hombre es masoquista, sabe que lo voy a golpear si se me sigue acercando así.

—Quítate...

Pone sus manos a cada lado del filo del escritorio sin dejarme salir.

—¿Por qué tienes que mentir? —murmura demasiado cerca de mí.

—¿Por qué te interesa quien me las dio? ¿Acaso estás celoso?

Intento no reír cuando se pone derecho otra vez y se cruza de brazos.

—No.

Levanto una ceja dando un paso al frente.

R E G R E S O |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora