Destino

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La maldición de estar al servicio sin darte cuenta toco la puerta de María cuando estuvieron en Nebraska, el amor y la compañía que daba a su prima poco a poco se vio mermada por ese sentimiento de estar a la deriva, claro que gustaba de seguirla y de la luz que desbordaba por el pequeño Rubén, pero viéndose ahí, de pie con las manos vacías supo que no tenía un fin por el cual vivir.

No termino la universidad y las únicas veces que se recordó feliz en las cuales no estuviera involucrado Vicente fueron aquellas donde pudo ser libre un poco de su familia. Sentía que se ahogaba y no podía decirle a nadie esos pensamientos egoístas.

Algunas veces el teléfono sonaba y la voz de Julia la hacía calmar su cabeza acelerada, ¿Quién diría que esa mujer le daría más luz que todo un mundo a su alrededor? Debía buscar la manera de no perderse entre tanto, porque sentía que el suelo bajo sus pies desaparecía lentamente y ella no lograba poder dar el salto.

Fue en ese tiempo donde se reencontró con Logan. Ella necesitaba quien le escuchara, y él le dio su oído, necesitaba a alguien que la sacara de aquella rutina de vez en cuando y fue quien la rescato innumerables veces.

Algo no se sentía bien, pero era por el momento la única persona en la que podía confiar todos aquellos oscuros sentimientos sin ser juzgadas ni hacerle sentir mal.

Cuando se besaron por primera vez ella supo que era el fin de todo, sintió aquel beso como un anuncio a tragarse todas aquellas palabras de las cuales se enorgulleció en su pasado, aquí estaba, con su rostro sonrojado y el corazón acelerado con alguien que no era Vicente.

-María, lo que siento por ti es enorme, y créeme que en todo este tiempo intente con todo lo que tenía detenerme, pero no puedo...- confeso una vez que estuvieron en la camioneta de Logan

-Eres la única persona con la que puedo contar en estos días, siento que el corresponderte podría ser egoísta porque yo...-

-No lo digas- la detuvo- se lo de Vicente, y se lo que sientes y has sentido por él, no quiero competir contra su persona. Sé que voy a perder. Pero él no está aquí... y tú le esperas, ¿Por qué no continuar? En el pasado el no tenía idea de dónde encontrarte y lo hizo, pero ahora...- se revolvió el cabello- no quiero ser quien tire tierra para ganar, pero es así, sabe dónde encontrarte y no toma valor-

-¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?- suspiro en el sillón deseando tener un mínimo de cordura en sus acciones

-Yo me estoy arriesgando María, lo hice, lo sigo haciendo y lo hare...-

Esa noche tomo su mano y Logan tomo su cuerpo, emergieron en la noche en aquella habitación de hotel, mientras la pasión de un amor naciente y malformado nacía. Los besos de logan eran desesperados y torpes, mientras que los deseos de la chica le veían sobrepasado, supo que no logro llenar las expectativas de un primer encuentro apasionado, pero estaba bien, ahora no era un momento, ahora estaba dormida en su lado oliendo a su piel con ese mar de maíz brillando con la noche.

María lo pensó. Lo pensó. Lo pensó. En el pasado se preguntó a si misma si podría ser mala o simplemente era estúpida. Pero ahora estaba segura de serlo, ese hombre amable termino siendo apenas un recuerdo de quien conoció, lo sabía, muy dentro de ella lo sabía, pero no quería mencionarlo.

Quería saber que la hacía tan especial, porque ella no se sentía de esa manera, Vicente se lo dijo hace años, "tienes un mundo entero para ti, y eres capaz de gobernarlo con una mirada" en ese entonces creyó completamente en su palabra y camino por años con esa bandera, pero ahora no estaba segura de ser nada de eso. Se convirtió solo en la sombra de una sombra y ahora se aferraba a Logan en un desesperado movimiento por no sentirse sola.

Las FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora