-¡Mary!- la voz de Adrien le sorprendió- ¿Puedo pasar?-
-si pasa- lo miro sorprendida en la puerta de tu cuarto-¿Qué haces aquí?-
-Tus tías salieron y me las tope en la puerta, quería sorprenderte y al parecer- se inclinó atacándola a besos en la cama- lo logre- susurro mordiendo su cuello juguetón-
-Apuesto que si- se mordió el labio sintiendo como poco a poco ese jugueteo se volvía un poco más caluroso
París era frio en invierno, algo que no le gustaba del todo a María, por eso solía quedarse más tiempo que al inicio en casa, sus tías no tenían problemas con las visitas, todo lo contrario les encantaba en ruido en casa, María hubiera deseado que fuera lo contrario, porque en ocasiones como esta pasaba de mirar cualquier serie en el ordenador a estar con las manos de Adrien apretando sus pechos.
-De verdad me muero de ganas por sentirte Mary, ¿Tu no?- y ya estaba de nuevo, esa conversación que meses atrás había iniciado- Vamos, te puedo sentir tan mojada...- las manos dentro de sus bragas la hacían temblar, soltando pequeños espasmos de placer y confusión.
-Adrien... espera... solo espera...- soltó- mis tías llegaran en poco tiempo-
-No es como si les importara- se arrodillo en la cama quitándole los pantalones de felpa- vamos, vamos, comenzó besando sus pies hasta llegar a sus rodillas- me muero Mary-
-¡MA RI A!- un grito desde la parte de abajo los hizo saltar- María, ya llegue reina, es hora de...- y abriendo la puerta Adrien apenas si pudo acomodarse la erección- ¿A ti que se te perdió?- Francis abría la puerta mirándolo con asco
-Las ganas al parecer- respondió a su gesto de desagrado- me voy, te veo mañana en la escuela- se inclinó para besarla y empujando al castaño salió de la habitación
-Te apuesto a que de nuevo lo intento-
-No se cansa dijo María- levantándose para ponerse nuevamente la pijama- le dije que veríamos películas, pero al parecer pensó que estaba pasando de el-
-Y eso no es mentira querida, siempre pasas de ese tipejo-
-Quizá, pero en realidad es agradable, pero supongo que no durara mucho-
-Mi querida, dulce y virgen María- Francis se remolineaba detrás de ella mientras bajaban a la cocina para recolectar comida- No te culpo por que no se te antoje Adrien, hasta donde se no es el mejor en la cama- Se encogió de hombros jugando con el flequillo de su amiga
-Siempre me da miedo como obtienes esa información-
-Lo sé, por otro lado, Leonel, ufff, él está tallado por manos de Dios y si te acuestas con él, me podrás describir su hermoso pe...-María comenzó a reír apretándole las mejillas.
De todo parís lo que más le agradaba era Francis, tomaron juntos una clase optativa a principio de año y no se separaron más, por casualidades de la vida en ese mismo curso estaba Leonel, un auxiliar de su profesor, se había graduado hacia unos años y ahora ayudaba en el área donde ambos terminaron idealizándolo.
Leonel a diferencia de Adrien le agradaba de verdad a María, solían coincidir en el desayuno o el camino, era un joven hijo de españoles, así que tenían aún más cosas en común, mínimo en la barrera del idioma. Leonel tenía 24 años, así que igual se andaba con cuidado alrededor de ella, era galante, serio y muy formal y por ello Francios siempre la molestaba.
-Debes de tener algún problema paterno- se burló Francis mientras "la boda de mi mejor amigo" se reproducía de fondo
-Cállate, la verdad es que mi padre y mi madre se llevan muchos años-
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Las Flores
RomanceVicente y María, una historia que hacía falta contar, el amor y las miradas que se quedaron en el aire y todas aquellas palabras que se ahogaron en el final.