Caos

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Los nervios carcomían a María, los últimos días estaba intentando parecer normal pero no lo estaba logrando, el último rodeo de Alana seria pronto, y ella tenía sus propios problemas con todo aquel tema de Genaro y Pamela.

Afortunadamente ese tema se llevaba todas las miradas, incluso las de Vicente, y estaba hasta cierto punto agradecida. Porque de verdad que cada vez que su móvil sonaba se le iba el alma al suelo.

El saber aquello de Vicente la puso bastante nerviosa, y el pedir aquel favor no hizo más que hacerla sentir una maniática, pero lo conocía, y estaba bastante segura que tenía aun cosas que no estaba dispuesto a decirle.

Varias veces durante esos meses tocaron aquel tema, "Sabes que puedes decirme todo" insistía intentando buscar el fondo, la verdad, aquello que seguramente alguna otra persona le guardaba pero no ella.

Vicente no quería mancharla con su mierda, eso lo tenía claro, se alejó de todo aquel tema que pudiera hacerla dudar de su persona. Siempre pensó que no se arrepentía de nada en su vida, que aquello que hizo o vivió fue lo que debía ser, pero ahora, enfrente de María, deseaba ser un poco más, solo un poco más.

Quería un futuro para ambos, lo quería, podía verla con el de la mano envejeciendo, y para ello tenía que limpiar su pasado.

-Sabes que María no es tonta- Julia le recrimino después de contarle lo sucedido- y definitivamente encontrara la manera de ver tu verdad. Vicente no seas cobarde, ya sabes lo que se siente perderla, solo arréglalo, díselo. Mira todo el desmadre que se traen con Pamela y el pendejo de Genaro, toda la pena que le pueden ahorrar a Alana si solo dijeran la verdad- Vicente tallo su rostro nervioso

-Odio decirlo pero tienes razón, tengo que contarle todo aquello a María, si no, no poder estar en paz...-

-No es tan grabe, todo tuvo un porque, y sabes que Flor lamento todo aquello y se quedó incluso después de ello. No puedes culparla tampoco, muchas veces levanto tu trasero del lodo-

-Detesto esa parte de mi vida...-

-Y yo detesto que seas un llorón- se estiro en el sofá- eras más divertido cuando venias a quitarte las ganas, al menos yo también ganaba algo más que angustias-

-Se perfectamente que ya no te quitarías las ganas conmigo-

-Adoro a María...-

-Lo sé, lo veo, y te lo agradezco, María necesita una mano firme, alguien en quien confiar-

-María no debería necesitar nada más que tu mano idiota- rio asintiendo avergonzado.

Dos días antes del rodeo María se encontró con Logan, de verdad espero que no pudiera encontrar nada y hasta cierto punto deseo, que todo lo que tuviera que decirle fuera un invento, Vicente estaba en Las palmas así que podría procesar todo aquello que fuera bueno o malo con calma.

-María...- Logan mordió el interior de su mejilla nervioso- aun estas a tiempo de decir que no y créeme que nadie más que yo desearía verte lejos de ese hombre, pero ahora... ahora no estoy muy seguro de que todo esto sea buena idea- acaricio el dorso de su mano intentando hacerla entrar en razón

-Logan, no puedes decirme eso, ahora estoy mucho más nerviosa que antes, sé que Vicente me dijo la verdad, solo quiero saber hasta dónde llega esa verdad- dijo en un tono de voz mucho más bajo que el del principio

-Toma- estiro aquella carpeta frente a ella

Logan vio el rostro de María, al principio estaba tranquila, incluso parecía que su alma descansaba un poco, asentía mientras repasaba rápidamente cada papel, cada imagen, cada... y entonces su gesto se contrajo.

Las FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora