La vida parisina era todo lo que María siempre espero. A diferencia de Alana y su hermano, la vida en la ciudad se adaptaba más a su persona. No tuvo problemas para encajar, los genes le ayudaban y la manía de su padre por mantener su parte francesa le hizo la vida más fácil. Además estar entre tías solteras que le daban todo el cariño y tiempo, era un plus, no podía estar más feliz.
Aun con todo eso por las noches, cuando estaba sola, las imágenes de ese vaquero regresaban a su mente. Lo extrañaba, se acostumbró a mirarlo, era su primer amor, y hasta donde a ella le importaba su primer amor correspondido.
La escuela no era tan complicada como lo espero, algunos días llego a extrañar la vida del campo, sin duda el tiempo era diferente en ese lugar, y todo eso le daba su propio encanto. Meses después de que llego conoció a Adrien, era un estudiante dos años mayor, apenas se acercó una vez para pedirle una indicación, el decidió invitarla a salir, a María le pareció irrelevante, el pero acepto y lo que paso de una cena, se convirtió en un cine, momentos de estudio, manos entrelazadas, besos, todo, era todo pero al mismo tiempo para ella, no era nada.
-¿Cómo va todo por el primer mundo?- Alana revoloteaba frente a la cámara contándole los pormenores de su vida amorosa
-Normal, la verdad es que no me puedo quejar- se encogió de hombros comiendo galletitas saldas mientras hablaba- ¿y tú? ¿Cómo sigues? ¿Aun continuas el plan de ganarle a Pablo en cogidas?-
-Ñiñiñi- Se quejó torciendo la boca- Claro que no es así, aunque la verdad Pablo me sobre pasa los nervios muchas veces, en el último rodeo, se atrevió a irse con una de las edecanes, EDECANES, ¿Puedes creerlo? Y luego viene conmigo como si no oliera a motel de paso- giro los ojos- la verdad es que a veces no sé porque sigo con el-
-Porque te gusta la pelea, por eso, te mama el drama Ana, lo sabes-
-Pues quizá, pero es mejor que tener un noviecito de manita sudada toda la vida-
-El que a ti te pesara tu virginidad no quiere decir que a mí también, además Adrien no es mi noviecito- y el resoplar de Alana hizo sonar la bocina
-Solo se miran bonito y se dan besitos, eso es un noviecito, debes gustarle mucho, para soportarte así, además no es que me pesara, es que Pablo solía ser mejor que lo que es ahora-
-Si tú lo dices-
-Es un hijo de puta-
-Y aun así es el primero que buscas cuando bebes, pero no te juzgo, porque sé que algún día llegara alguien que te pondrá en tu lugar, que te hará temblar, y entonces sí, entonces si dejaras de juguetear-
-Quisiera ver eso- Alana se carcajeo- el mundo es extenso y no tengo tiempo para dramas y amoríos, el amor aun me queda grande la verdad-
-Si tú lo dices-
-Vicente ha estado bien- soltó con una risita acercándose a la cámara
-No te pregunte por ese intento de hombre- giro los ojos- la verdad es que ni me acordaba ya de que existía-
-Aja sí, eso que te lo crea tu padre, el primo Víctor me ha dicho que tu padre hablo con él, creo que están haciendo negocios juntos, quien sabe igual cuando vuelvas te enteres de que te han prometido en matrimonio a un gran hacendado-
-Eres irremediablemente odiosa... Pero te extraño-
-También te extraño, no tengo a quien sonsacar a media noche, ¿Vendrás para la navidad cierto?-
-Lo dudo mucho, las tías están emocionadas con que pase la navidad aquí, además vendrá toda la familia, así que lo dudo mucho-
-¿Cuándo termina tu semestre?-
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Las Flores
RomanceVicente y María, una historia que hacía falta contar, el amor y las miradas que se quedaron en el aire y todas aquellas palabras que se ahogaron en el final.