Capítulo 9

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Gabriela y María Fernanda comparten lugar tomando un té en completo silencio, uno qué llega a ser incómodo.

—¿Qué le parece que ahora que terminamos nuestro té hablemos sobre ese asunto que tenemos?— Pregunta Mafe.

—De acuerdo. Voy a comenzar yo, señora Mafe. No quisiera que malinterpretara a  María José debido a que todo este tema del compromiso ha sido muy apresurado. ¿Está de acuerdo? No entiendo por qué, pero veo que quien tenía prisa aquí era su hija.

—El compromiso no importa. Hay otras cosas de las que me gustaría hablar.

—Sí, nos damos cuentas de que el compromiso no es importante para usted. Incluso con la gran lista de invitado para el espectáculo en su jardín,  usted olvidó el pequeño detalle de comprar un anillo y ofrece una fiesta de fantasía. Muy bien, de acuerdo.—Exclama aplaudiendo al final.—Pero le pido que nunca menosprecie a María José como una chica florista que no tiene familia. Somos de una tribu que ha vivido en Colombia durante miles de años. No aceptamos a cualquier persona para nuestras mujeres.Agradezca que accedimos.

—Es curioso que lo diga, porque no podimos conocer a nadie de esa "tribu" anoche.—Replica haciendo comillas con los dedos.

—Nosotras ni siquiera conocimos su núcleo familiar, señora María Fernanda. ¿Dónde estaba su esposo?

—Entonces usted es el núcleo de su familia, ya que nadie más vino.

—Sí, la asistencia depende de la fiesta, señora Mafe. No me parece correcto que dos personas que apenas se conocen desde hace un par de días, se comprometan.

—Si hubieran esperado a conocerse más, se habrían dado cuenta de que viven en dos mundos distintos. E incluso usted sabe que su sobrina Martina...

—¡María José!—Corrige de inmediato.—Se llama María José, señora.

—Ella es un poco... ¿cómo decirlo?— Replica pensándolo unos segundos.—Ella es muy poco adecuada para nuestra familia.

—Lo que dice es cierto. Estoy de acuerdo con usted.Vivimos vidas humildes y honestas, no con pretensiones, extravagancia y falsedad como ustedes acostumbran. Si no fuera por lo que hizo su hija, María José se graduaría en unas semanas de la universidad en Italia. Su hija solamente arruinó su vida.

—Un segundo, ¿qué es eso de arruinar y la universidad en Italia? ¿Qué tiene que ver Daniela con los estudios de ella?

—Ah entonces, no está enterada. Bien, hable con su hija y averigüe sobre esto. Debe hablar más con ella, señora María Fernanda. En fin, este compromiso no va a durar mucho.

—Yo también quiero eso. Estoy de acuerdo en que es un error y que se debe solucionar pronto, señora Gabriela.

—Estoy muy feliz de que estemos de acuerdo en algo, señora Mafe.Hable con su hija y sepa cómo ocurrieron los hechos correctamente. Y luego nos reuniremos. Lo haremos cuando usted quiera. Que tenga un buen día.—Responde Gabriela poníendose de pie para irse.

—Pero aún no dije lo que quería decir. Oí que su sobrina está muy interesada en acelerar las cosas con mi hija Daniela.—Dice frenando sus pasos.

—¿A qué se refiere, señora María Fernanda?

—Ayer se comprometieron y hoy planean vivir juntas. ¿Le queda claro ahora?

—Jajaja. Nadie va a mudarse con nadie. Imposible.—Replica Gabriela incrédula.

—Esto pensé también, pero está mañana la vimos sacar cosas de Daniela para hacer espacio para ella.

¿Será que es amor? - Caché Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora