¿Será que es amor? - Caché Adaptación

Capítulo 36

—Mejor me bajo aquí.—Murmura María José cuando el auto comienza a acercarse a su casa.

—María José, estamos a unos metros de tu casa.—Replica Daniela incrédula.

—Es por eso. No quiero que mi tía te vea ahora.

—¿Qué puede pasar? Ya la echo de menos, déjame hablar con ella.—Pide desabrochándose el cinturón.

—No, no. Olvídalo, no sería conveniente. Se va a enojar, no tiene sentido. Deja que yo hable con ella primero.—Intenta convencerla.—Luego, tú podrás hablar sin problema y entonces podrás explicarle la situación.

—¿Explicarle la situación?—Cuestiona la castaña alzando una ceja.

—Sí.

—¿Qué situación?

—Pues, tú y yo.—Responde con obviedad.

—Ahhh. Hablas de nosotras. Está bien.—Murmura Daniela.—Tú y yo. Está bien. Estupendo.

—Entonces, me voy y tú te quedas aquí.

—Bien, te dejaré ir con una condición...Que antes me digas qué sientes tú.

—Pero me dijiste que esperarías.—Replica la morena.

—Sí. Eso fue  hace 30 minutos. Me parece que ya esperé demasiado.

—Te estás ariesgando mucho.—Dice María José divertida.

—Está bien, entonces iremos a hablar con tu tía.

—¡Te dije que no! Yo hablaré con ella primero.

—En ese caso...

—¿Qué?

—Te espero.—Responde decidida.

—Daniela...

—¿María José?

La morena se acerca despacio y deja un sonoro beso en su mejilla.

—¿Está bien?—Pregunta alejándose.

—Sí, me gustó, pero podría mejorarse.Quizá podrías repetirlo.—Responde coqueteándole.

María José la mira divertida pero se acerca para darle otro beso, esta vez en los labios.

—Ahora si, creo que entendiste. Y si no fue así, necesitas esperar 30 minutos más.—Advierte bajándose del auto solo con su cartera.

—Buenas noches, María José Guzmán.—Se despide la castaña.

—Buenas noches, Daniela Calle.—Responde avanzando hacia su casa.

—¿Y su valija?—Cuestiona Daniela al darse cuenta que no se lleva el equipaje.—¡María José!—La llama y comienza a hacer cambio de luces.

—¿Qué?—Pregunta divertida a un par de metros.

Daniela se baja del auto y camina hacia el maletero antes de responderle.

—Creo que olvidas algo.

—¿Olvidé algo?—Cuestiona confundida.—Cierto, olvidé la valija.—Se da cuenta y comienza a reírse.—No sé cómo lo olvidé.

—¿Qué creíste que era?—Pregunta Daniela acercándose con la maleta.

—Nada.

—¿Estás segura?

—Muchas gracias.—Dice la morena recibiendo su maleta y Daniela estira sus labios para que la vuelva besar.—Gracias.—La besa y ahora sí camina hacia su casa.—Ya vete.—Murmura desde las escaleras.