Capítulo 77

2.4K 105 26
                                    

—¡Hola!—Saluda María Fernanda entrando a la florería y sorprendiéndose de ver a Alexander ahí.—Chef Alexander...pero qué agradable sorpresa.

—Hola, Mafe. Hola, Señor.—Los saluda a ambos.

—Hola.—Responde Oliver.

—La verdadera sorpresa son ustedes.—Murmura Gabriela.—¿Qué te sucede?—La mira preocupada.

—Es que tiene un edema por el estrés.—Explica el chico.

—Hinchada por algunos incidentes.—Replica Mafe.

—Escuché lo que sucedió. Lo siento.—Dice Alexander.—Acusar de algo así a alguien como Daniela es francamente ridículo. ¿Qué clase de gente puede hacer eso?

—Es gente muy mala, muy mala. Que no se imaginan que soy una persona tan frágil, dulce, muy sensible y me hacen daño, pero no les importa.—Responde María Fernanda coqueteando con él.—Me lastiman.

—Ya no estés triste. A tu gran belleza no hay nada que pueda opacarla.

—Nosotros estábamos eligiendo algunas flores.—Los interrumpe Gabriela.—Voy a mostrarte algunas por allá.—Mira a Alexander.—Si quieren pueden sentarse aquí.—Mira a Mafe y a Oliver y señala la mesa a un costado.—Vamos.—Vuelve a hablarle al chef y ambos caminan en otra dirección.

—Se lo lleva justo hacia el otro lado.—Se queja María Fernanda molesta.

—No importa.—La quita importancia Oliver.

()

—¿Qué han dicho los empleados sobre esta situación?—Cuestiona Leticia.

—Todos se están preguntando si en verdad es capaz de conseguir un cliente importante, señora Leticia.—Responde Manuela.

—Qué bien que se lo sigan preguntando.—Dice divertida.

—Pero ¿en realidad si puede conseguirlo?

—Manuela, no te imaginas cuántas compañías he dirigido hasta ahora. Quédate tranquila, yo haré mi movimiento.

—¿El arresto de la señorita Daniela también fue un movimiento suyo?

—¿Cómo se te ocurre?—La mira ofendida.

—Claro, no haría algo así. Disculpe, fue una pregunta innecesaria.

—Si ya terminaste de preguntar necedades, te puedes retirar, que estoy ocupada.

—Con su permiso.—Se disculpa Manuela antes de salir de la oficina.

()

—Me encantaría invitarte algún día, vas a ver que mi jardín te fascinará.—Murmura María Fernanda.

—Me dará mucho gusto.—Responde Alexander.

—Ya está.—Dice Gabriela regresando a la mesa con una planta para el chef.—No es necesario regar muy seguido a este bebé, un poco de agua cada dos o tres días es más que suficiente.

—Sí...excelente.—Recibe la planta encantado.—Gabriela, ahora dime cuánto te debo.

—Ni lo digas, Alex. Este es un regalo de mi parte.—Responde Gabriela acariciándole la mano con cariño.—Es como la bienvenida al negocio.

—Muchas gracias.

—¿Le dijo Alex?—Le pregunta Mafe a su asistente.

—Y le tocó la mano.—Responde el chico en voz baja.

—Así es.—Replica Gabriela.—Yo le digo Alex porque nos encontramos en el malecón y luego cuando vino a la tienda ¿Qué sucedió? Pues se acabaron las formalidades.

¿Será que es amor? - Caché Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora