Capítulo 44

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La castaña llega a su casa y todas las emociones y pensamientos se arremolinan de golpe, imaginando todos los posibles escenarios en los que su novia la rechaza.

 —Señorita Daniela, bienvenida.—La saluda Oliver.—Té, café. ¿Qué desea?

—No quiero nada. Solo quiero estar sola.—Murmura sin mirarlo.

—Muy bien.—Replica el chico.—Oiga, cuidado con la mesa de centro, está rota, no se vaya a lastimar.

El chico se retira dejándola sola y en la mente de Daniela resuenan las palabras de su padre,las de su novia y las de su mejor amigo.

*Flashback On*

Pov Daniela.

—Esa...esa niña es...—Balbucea mi padre y yo niego con la cabeza sin querer escuchar.—Es María José.—Dice finalmente.

(...)

—Ella es culpable, aunque indirectamente, de que ellos no estén ahora conmigo. Así que nunca la perdonaré.—Murmura mi novia con dolor.

Y aunque  sé que lo dice por su abuela, en el fondo siento que esa será su reacción cuando descubra la verdad, que todos sus sentimientos de amor, se transformarán en odio y rencor.

(...)

—Tienes que decirle...algún día. Lo sabes. ¿Verdad?—Dice mi mejor amigo.—María José se lo merece.

*Flashback Off*

Daniela no lo puede evitar, la rabia la supera y golpea la mesa de centro con fuerza, logrando que el vidrio se haga trizas y que ella termine con un gran corte en su mano. Y aunque debería sentir dolor u ardor por la herida, no siente nada. Ningún dolor podría compararse con el hecho de sentía que perdía a María José.

—¡Daniela!—Grita María Fernanda asustada, acercándose a ella.—¿Qué pasó? ¿Daniela, qué te pasó? ¿Te cortaste?—Pregunta alterada.—¡Déjame ver!

—Mamá, déjame.—Pide Daniela cansada.

—Daniela, no lo vuelvas a hacer.

—Mamá, déjame sola.

—¿Cómo te voy a dejar así?—Pregunta alarmada.—¡Oliver!—Llama a su asistente mientras enrrolla una toalla sobre la herida de su hija.

—¿Para qué llamas a Oliver?—Cuestiona la castaña.

—¡Oliver, apúrate!

—Le advertí que tuviera cuidado.—Murmura el chico entrando con una botella de agua oxigenada.

—¿Estás bromeando? ¿Qué es esto, Oliver?—Reclama Daniela.

—Está bien.—Replica Mafe recibiendo la botella.

—¿Se cortó mucho?—Pregunta Oliver preocupado.

—Está bien. Ponle eso, la herida no es profunda, anda.

(...)

 En la casa de la morena, las cuatro chicas están recostadas sobre una mantita y cojines en el piso. 

—¿Y cómo están?—Les pregunta María José.

—Les hago un resumen de mi día.—Replica Paula.—Chicas, hoy le dije a un hombre, por primera vez que no soy un paño de lágrimas.

Todas aplauden orgullosas de ella.

—¿Y tú, Majo, qué hiciste?—Pregunta Abi.

—Estoy bien. Y un poco mal también.—Admite la morena.—Daniela  tiene un problema y no me lo quiere decir. Sé que pronto lo hará. Es como la calma antes de la tormenta. Pensaba que era de negocios, pero...—Toma una pausa antes de seguir.—creo que tiene que ver conmigo.

¿Será que es amor? - Caché Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora