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Terminé de ayudarle a Fuyumi al poner la mesa. Mientras tanto, Natsuo estaba ayudando a Shoto con su tarea y mis padres estaban terminando de hacer la comida.
— Terminé — dije. Estiré mi cuerpo —. Me iré a recostar en lo que llegan.
— ¿Qué? — preguntó Fuyumi. Inmediatamente me dirigí a mi habitación — ¡Touya!
Entré a mi habitación. Cerré la puerta y me recosté en la cama mientras miraba mi celular. No hay nada nuevo en las redes. Qué cansancio. Apagué mi celular pero, al no tener algo con lo que mi mente puede distraerse, llegó a mi el beso que Saori me dio. Cómo fue tan delicada al acercarse, el sabor de sus labios me era tan adictivo que no podía dejar de besarla. Pasé las yemas de mis dedos por mis labios, sonreí torpemente al recordarla otra vez, solamente ella. Sus ojitos azules, su sonrisa que pocas veces he llegado a ver, su cabello azabache con mechas doradas, sus manos que aunque parecen frágiles, no lo son.
Esa chica tiene algo que hace que la quiera como no tiene idea. Quizá sea, su seguridad, su presencia o... Que sea difícil de amar.
Que no muestre sus emociones con tanta exaltación, que no se exprese como a ella le gustaría.
Saori es preciosa, sí. Saori es inteligente, sí. Saori es una chica difícil de amar, sí.
Otro se hubiera rendido desde el primer momento en que Saori haya reprimido sus emociones. Otro, pero yo no.
Yo la acepto tal y como es. Yo la quiero así tal cual es. No cambiaría nada de ella. Absolutamente nada. Y, además, no tengo porqué cambiar aspectos de ella. No... En realidad... No sé qué es ese algo que me gusta y me atrae de ella, y por eso, cada día que pasa, lo quiero descubrir estando con ella a su lado.
— ¡Oye! — exclamó Fuyumi entrando de golpe a mi habitación — ¡Ve a abrir la puerta!
— ¡¿Qué?! ¡Pudiste haberla abierto en vez de venir a mi habitación! — exclamé, poniéndome de pie y dirigiéndome a su dirección. Mi hermana se hizo a un lado.
— Aquí en esta casa ayudamos todos, Touya.
Hice una mueca y me dirigí a la puerta. Al abrirla, me llevé la agradable sorpresa de tenerla frente a mi. Está usando una blusa de manga larga y cuello alto de color beige y un pantalón de tiro alto azul mientras que usa unos botines blancos.
— ¿La cara de amargado cuando se te va a quitar? — preguntó seria. Reí mientras negaba.
— Buenas noches, Touya — saludaron sus padres.
— Buenas noches. Pasen.
Me hice a un lado para dejarlos entrar. Saori se quedó a mi lado mientras ellos se dirigieron a la cocina donde estaban mis padres.
— Hola, Saori — dijeron mis hermanos; Fuyumi y Natsuo. Ella los miró y sonrió.
