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Intentaba que el disfraz quedara bien acomodado. Mientras acomodaba la parte de arriba, la parte de abajo se terminaba cayendo. Suspiré profundamente. Ya con ésta, son cuatro veces que sucede.
— No te muevas — le dije. Él, atento, se quedó quieto. Utilicé mi Quirk para hacer el disfraz tal cual, con la única discrepancia del color. Es azul, no rojo como las llamas del traje —. Listo. Ya quedó — sonreí de manera diminuta.
— ¡Gracias, Ori! — exclamó con júbilo. Sonreí para alborotar sus cabellos bicolor —. Saori, ¿puedo preguntarte algo?
— Por supuesto, Shoto — me puse de rodillas frente a él para luego sentarme sobre mis talones — ¿Qué sucede?
— ¿Te gusta mi hermano?
— ¿E-Eh?
Mi garganta se cerró, mis mejillas arden y el sudor baja con rapidez. Las palmas de mis manos se encuentran sudurosas también. Sonreí nerviosa.
— Eh... Touya y yo somos buenos amigos...
— Los amigos también se enamoran.
— Oye, eres muy chico para decir esas cosas — le di leves cosquillas en sus costillas. Comenzó a reír —. Pero te voy a confesar algo — asintió atento —, me gusta mucho pasar tiempo con él. Igual que su sonrisa.
— ¡Ya llegué! — exclamó saliendo con los brazos extendidos. Negué sonriente.
— No digas nada — le susurré a Shoto. Él me mostró su meñique, uní el mío con el pequeño de él.
— No diré nada — susurró. Sonreí. Separamos nuestras manos.
— ¿Qué le hiciste a mi hermano? — preguntó al llegar hasta nosotros —. No puede ser, otro Endeavor.
— Iré con papá — dijo el pequeño, emocionado. Corrió en dirección de la casa para ir con su padre.
— Tiene demasiada admiración por su padre — comenté —, igual que tú.
— Yo siempre he dicho que qué mejor que tus hijos sean tu fan número uno — comentó, sonreí —. Saori, quisiera hacerte una pregunta — asentí — ¿Por qué mirabas de esa manera a mi padre?
Me mordí el labio.
«— ¿De... De qué hablas... Fuyumi?
— Mi papá... Últimamente no está tratando bien a Shoto... Lo quiere forzar a ser igual que Touya... Y... Siempre intervengo para salvarlo de sus abusos...
— ¿Touya sabe? — negó — ¿Rei sabe?
— No. Tampoco. Aprovecha cuando Touya está en la escuela y mamá trabajando en el hospital».
— ¿Saori?
— No soy nadie para decírtelo — dije, viéndolo. Me levanté del suelo —, eso deberías hablarlo con tu hermana.
