XIX

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No

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No.

Simplemente no.

No lo creo.

¿Ya no ser héroe? No. Un momento. Será héroe, sí, pero no aquí en Japón.

— ¡¿Qué idioteces son esas?! — le grité. Jamás le he gritado. Es primera vez que le grito y ella se dio cuenta porque se cruzó de brazos e hizo una mueca — ¡¿Por qué dices eso, Saori?! ¡Carajo, date cuenta de lo que estás diciendo!

— No me grites — dijo con una voz fría y firme. Como el mismo hielo.

Me quedé sorprendido por el tono de Saori y, a pesar de que había alzado la voz, me arrepentí inmediatamente. Por algún motivo, me siento culpable de perder el control y de haber sido descortés con ella, pero... Haber escuchado que se iba a ir de aquí, que estaría a miles de kilómetros lejos de aquí, me dolió.

Saori se levantó lentamente del asiento y se acercó a mí. Me preparé para un posible confrontamiento físico, pero Saori sólo se detuvo frente a mí y me puso una mano en el hombro.

— Escúchame, Touya. Seré honesta contigo, la forma en que los héroes están siendo tratados en nuestro país es una injusticia. No nos dan el respeto ni el reconocimiento que merecemos — me explicó.

Está herida. Lo sé. Ella vio morir a los demás, ella vio a su madre caer inconsciente y ella misma iba a morir.

— Pero no puedo quedarme en Japón sabiendo todas las injusticias que se están cometiendo. Necesito hacer algo al respecto. Quiero ayudar, como lo hemos hecho siempre —  prosiguió Saori. La escuché atentamente, pero aún estaba en shock por la decisión que ella había tomado.

— Saori, ¿de verdad quieres dejar a nuestros amigos, a tu familia? ¿Estás segura de que este es el camino correcto? — pregunté con una voz apenada.

Saori me miró directamente.
Y su respuesta, me terminó rompiendo el corazón.

— Sí, estoy segura de que es lo correcto — dijo con determinación. Siento cómo las entrañas se me retuercen. No quiero dejarla ir. Por Dios, ¡es la única que he amado con tanta intensidad y es a la única que quiero amar! Pero... Ella vivió un evento tan traumático que por más que quiero comprender, no puedo. No puedo empatizar porque ella y yo somos completamente diferentes. Ella es más sentimental, yo soy más racional. Por eso, a veces son las discusiones —. Touya, necesito hacerlo. No puedo vivir sabiendo que no hice todo lo que pude para mejorar la vida de las personas que más amo. Quiero ayudar a las personas que lo necesitan, y eso incluye a nuestras familias y amigos en este país.

La escuché en silencio, entendiendo cada palabra que salían de su boca. Sabía que ella era determinada y que no cambiaría de opinión tan fácilmente. Pero... No quiero que se vaya.

— Tú siempre has sido la persona más valiente que conozco — pasé saliva pesadamente — ¿Estás segura de que quieres hacer esto? — preguntó Touya con una voz temblorosa. Saori se acercó y me rodeó con los brazos en un abrazo apretado.

— Sí, estoy segura — respondió, con la determinación en sus palabras. ¿Está siendo egoísta o yo soy el egoísta? —. No sé si volveré a Japón, sólo... — se separó para tomar mis mejillas. ¿No le correspondí el abrazo? Mierda —. Sólo... Cuídate. Te llevaré siempre en mi corazón. Siempre estuviste ahí para mí y no puedo estar más agradecida. Siempre serás una persona importante en mi vida. 

Estaba tan aturdido, estaba sin aliento. Yo quería una vida con ella. Ambos crecimos juntos, yo quería ser su héroe, yo quería que ella fuera mi héroe. Yo quería construir un mundo con ella en el medio.

Quizás me quería ver ahí, pero no. No fui a despedirme de ella, me encerré en mi habitación, acostado en la cama con la sabana cubriendo mi cuerpo. 

¿Soy egoísta?

¿Por qué no le dije lo que de verdad quería decirle en lugar de quedarme en silencio?

¿Por qué no le dije que la amaba?

¿Por qué no le dije que iba a estar con ella ayudándole con su proceso de sanación en este trauma?

¿Por qué?

¿Por qué me quedé callado?

— ¡Mierda! — grité, expulsando una llamarada a un tronco. Mis padres estaban ahí, viéndome hacer un berrinche. ¿Es berrinche? Sí, definitivamente lo era — ¡Mierda, mierda! — volví a lanzar otra llamarada y el fuego comenzó a consumir el tronco — ¡Imbécil! ¡Idiota! ¡Maldita sea!

— Hijo...

— ¡No quiero escuchar nada! — grité. No estuvo bien que le gritara a mi mamá, pero, no quiero que nadie me diga nada ahora —. No quiero un sermón, no quiero palabras de consuelo, ¡yo quiero decirle lo que siento!

— ¿Por qué no la llamas por teléfono? — preguntó mi padre casi con obviedad.

— ¡Eso hice, viejo, pero no responde! — exclamé y volví a lanzar una bola de fuego a otro tronco —. La llamé, le mandé mensajes. Nada, ¡absolutamente nada le llega! ¡No responde!

— ¿S-Su celular no fue una de las cosas que estaban destruidas en el campo de batalla? — preguntó mi madre y mi estado de ánimo empeoró. Le di un golpe al tronco que ya se estaba quemando y eso sólo hizo que las llamas crecieran aún más.

— La perdí... — susurré —. La perdí, se fue, no volverá y yo me quedé con las palabras atascadas en mi garganta. La escuché, pero ella a mí no. ¡No le dije la verdad! ¡Quería casarme con ella, tener hijos! ¡Quería ser su mayor soporte, pero ni siquiera eso hice bien y por eso se fue!

Me estaba saliendo de control que incluso puedo sentir el calor de mis llamas hacerme daño. Me siento la peor de las personas en no confesarle la verdad. Estados Unidos es tan grande que no sé si la encontraré, no sé si podré ir hacia allá porque se requiere un papeleo para la transferencia de un héroe a otro país y dudo mucho que la agencia me deje ir con ella. No me dejarán ir por ella.

Estaba tan envuelto en mi ira, en mi odio hacia mí mismo, en mi rabia y dolor que no escuché cuando mi mamá me lanzó a la cabeza una ráfaga de hielo que me dejó débil. Caí al suelo y lo último que mencioné antes de caer inconsciente fue su nombre: Saori.

Me quedé días en mi habitación sin saber nada de nadie. A veces mi mamá o Fuyumi me traen comida, pero yo ni siquiera la toco. Ni siquiera la miro. No tengo hambre, no tengo ni siquiera ganas de abrir los ojos. Quizás sea berrinche, pero fui un egoísta al enojarme porque ella tomó esa decisión, porque yo quería que se quedara conmigo sin darme cuenta que ella ya no era feliz aquí y que necesitaba despejar su mente del trauma. Ella miró a nuestro equipo morir, ella miró cómo su madre cayó en el actual coma en el que se encuentra, sólo ella conoce sus emociones porque, desgraciadamente yo, soy ajeno a sus emociones.

Creo que fue buena idea que se fuera...

Aquí... Yo no la iba a entender... Soy tan egoísta y orgulloso que sólo me centro en mí, en mis necesidades, en mi bienestar... 

Perdóname, Saori, pero estás mejor sin mí.

Middle; Todoroki Touya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora