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Está llorando

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Está llorando.

Sí. Está llorando.

Suele hacerse pequeña cuando eso pasa, siente que así, sus pensamientos no le van a seguir atormentando.

¿Fue por mi comportamiento?

Me senté nuevamente en la cama y la vi de reojo. Seguía llorando. Suspiré. A mí jamás me ha gustado verla llorar porque su brillo se va apagando con cada lágrima que libera.

— Saori... Sé que sigues despierta... — me fijé en su mano, relajó su agarre. Suspiré profundo —. Ven.

— No, Touya... Sólo... No puedo dormir...

— Perdóname pero no te creo.

Suspiró profundamente. Comenzó a sentarse en la cama aún dándome la espalda.

— Si fue por haberte tocado de esa manera, lo siento mucho — dije, bajando la mirada a mis manos —. Tenías razón... Debí haberte avisado antes y haberte pedido permiso... No quería ofenderte ni nada por el estilo.

— Touya... Déjalo, no es por eso.

— Sé que tiene algo que ver conmigo. ¿Qué es?

— Ya no insistas, por favor.

— Saori, por el amor de Dios, quiero estar bien contigo. Dime qué pasa realmente y cómo puedo ayudarte, por favor. No quiero que estemos mal.

Vi sus hombros subir y bajar con pesadez. Es orgullosa, jamás me dirá nada hasta que sus sentimientos y su pensar se canse. Suspiré.
Cuando menos acordé, se había sentado en mi regazo a horcajadas y escondía su rostro en mi pecho. Sin dudarlo, tomé la sábana para cubrir su cuerpo y abrazarla con fuerza.

Yo solía hacer lo mismo cuando éramos niños. Cuando me lastimaba al jugar y ella estaba sentada, yo corría hasta ella para sentarme de la misma manera y llorar porque sólo con ella puedo liberar mis emociones. Sólo con Saori me muestro débil, así como también me muestro fuerte.

— ¿Quieres hablar? — negó — ¿Quieres que nos quedemos así por un momento? — asintió. Sonreí y asentí —. Está bien.

Perdí la noción del tiempo. Cuando menos acordé, ya era de día y Saori ni estaba en mis brazos. En realidad, no estaba en la habitación y yo estaba acostado en la cama. A lo lejos escuché mi celular, difícilmente lo tomé para luego contestar.

— ¿Si?

— Hola, Touya.

— Saori — me levanté de golpe en la cama — ¿Cómo estás? ¿A qué hora te fuiste?

— Ah... Hace una hora — soltó una ligera risa. Sonreí como bobo al oírla —. Eh... Te llamaba para decirte que los hermanos Suzuki y yo vamos a pasar por ti a las 12 e irnos al cine.

Middle; Todoroki Touya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora