Tras la misión, el ambiente en la agencia de Star and Stripe estaba lleno de energía y alivio. Habíamos enfrentado una amenaza difícil y salido victoriosos, sin bajas ni heridos graves. Pero, por primera vez en mucho tiempo, no sentí esa abrumadora ansiedad que me solía embargar después de cada misión. Sabía que había dado lo mejor de mí y que, finalmente, había alcanzado el control total de mis poderes.
Al cruzar la puerta hacia la sala común, fui recibida por las sonrisas y palabras de aliento de mis compañeros. Me llenaba de una calidez genuina ver a personas que se habían convertido en familia aplaudir y alegrarse por mí.
—¡Saori, estuviste increíble! —exclamó Marco, un héroe en entrenamiento que siempre había sido un buen amigo.
Asentí y agradecí cada palabra, sintiendo cómo la tensión de la misión desaparecía poco a poco. Por dentro, me sentía llena de gratitud hacia cada uno de ellos. Habían estado conmigo en los días más difíciles, en las noches donde dudaba de mí misma y en aquellos momentos en los que me costaba recordar por qué había dejado Japón. Era reconfortante saber que había valido la pena.
Estaba tomando un respiro cuando uno de los mensajeros de la agencia entró con una carta en la mano. Lo que más me sorprendió fue reconocer de inmediato la letra de mi padre en el sobre. Había pasado tanto tiempo desde que recibí una carta suya, que el corazón comenzó a latirme con fuerza solo de pensar en las posibles noticias.
Al leer que mi madre finalmente había despertado del coma, me invadió una mezcla de alivio y esperanza que casi me hizo caer de rodillas. Las lágrimas llenaron mis ojos. El peso de la distancia, de esos años en los que la vida familiar parecía una historia lejana, desapareció en un instante. Mi madre, a quien había estado esperando durante años, por fin estaba despierta, y la idea de verla y hablarle me llenaba de una profunda alegría que apenas podía contener.
Sentí que mis compañeros me miraban, sus ojos llenos de una mezcla de preocupación y curiosidad.
—¿Saori? ¿Todo está bien? —preguntó Julia, una de las heroínas que había trabajado conmigo durante toda mi estancia en la agencia.
Asentí, incapaz de pronunciar una sola palabra, pero mis ojos reflejaban la felicidad que sentía en ese momento. La idea de volver a Japón y abrazar a mis padres, de estar junto a ellos después de tanto tiempo, era un sueño que apenas podía creer que se haría realidad.
Los días siguientes estuvieron llenos de papeleo y preparativos. Cada autorización que firmaba, cada formulario completado, era un paso más cerca de volver a casa. La noche de despedida en la agencia fue emocional. Cada sonrisa, cada abrazo, y cada palabra de aliento significaba mucho para mí. Sabía que estaba dejando una parte de mí misma con ellos, y que esta etapa en Estados Unidos había cambiado mi vida.
Star and Stripe, mi mentora y la mujer que me había enseñado lo que significaba ser una heroína, se acercó después de la cena. Nos miramos, y en sus ojos vi el reflejo de alguien que siempre había creído en mí. Ella no solo me había entrenado, sino que también me había brindado una amistad inquebrantable.
—Has hecho que cada minuto aquí haya valido la pena, Saori. Nunca olvides eso —me dijo mientras me abrazaba.
Estar cerca de ella y de mis compañeros me hizo comprender cuánto me costaría dejarlos atrás. Esta era mi familia adoptiva, las personas que me habían ayudado a crecer y a enfrentar mis miedos. Pero sabía que mi lugar estaba junto a mi madre y mi padre, quienes habían sido mi razón para venir aquí en primer lugar.
En el avión de regreso, observé las nubes desde la ventanilla, y mi mente comenzó a recorrer los recuerdos de los últimos cinco años. Recordé mis primeros días en Estados Unidos, cuando todo parecía inmenso y extraño. Las calles, los edificios y hasta el idioma parecían un reto. Mirando hacia atrás, me di cuenta de cuán lejos había llegado.
Esos primeros días en la agencia fueron duros. Recordaba noches de insomnio y sesiones de entrenamiento que parecían no tener fin. Me costaba creer que había dejado atrás una vida en Japón, dejando también todo lo familiar para encontrarme a mí misma. Las noches de desvelo, cuando dudaba de mi fuerza y me preguntaba si alguna vez podría controlar mi poder, parecían tan lejanas ahora.
Pero con cada misión, mi confianza se fue fortaleciendo. Mis poderes de magia, una habilidad que había heredado de mi madre, me desafiaron constantemente. Me entrené hasta dominar cada conjuro, cada hechizo. Ahora, con cada acción que tomaba en el campo de batalla, sabía que era capaz de proteger a quienes amaba, y eso era gracias a estos años de aprendizaje.
Mientras el avión se acercaba a Japón, otro pensamiento me inquietaba: Touya. Durante mucho tiempo había evitado pensar en él, no porque quisiera olvidarlo, sino porque tenía miedo de lo que podría encontrar si regresaba. Touya había sido mi mejor amigo y el amor de mi vida. Pero en cinco años, las personas cambian. Yo había cambiado, y la posibilidad de que él también lo hubiera hecho me aterraba.
¿Qué sucedería si él había encontrado a alguien más? ¿Y si ya no me veía de la misma forma? La incertidumbre era como una nube oscura que se cernía sobre mí. Recordé cómo solíamos reír juntos, cómo me hacía sentir segura, incluso en los momentos más oscuros de mi vida. Había soñado con reencontrarme con él, con que el tiempo no hubiera afectado lo que compartíamos.
Intenté calmarme. Después de todo, no estaba regresando solo por él. Mi familia era lo que me empujaba a dar este paso, pero no podía ignorar el deseo de volver a verlo, de saber cómo estaba y si aún había un lugar para mí en su vida.
Cuando finalmente aterricé en Japón, una mezcla de emociones se apoderó de mí. Sentía una mezcla de nostalgia, ansiedad y alegría. Había soñado con este momento durante años, y ahora que estaba aquí, una extraña sensación de surrealismo me envolvía. Las señales en japonés, el olor del aire y el bullicio familiar del aeropuerto me recordaban lo que era estar en casa.
Subí a un taxi y observé la ciudad mientras nos dirigíamos hacia la casa de mis padres. Japón había cambiado en mi ausencia, o tal vez era yo quien había cambiado tanto que veía todo con nuevos ojos. La vista de los edificios, los letreros y las luces de la ciudad me traía recuerdos de mi vida pasada, de esa Saori que había dejado atrás.
Finalmente, llegamos a la casa de mis padres. Respiré hondo antes de abrir la puerta. Apenas crucé el umbral, el aroma familiar me envolvió, y el tiempo pareció retroceder. Mis padres estaban allí, esperándome. Ver a mi madre despierta y sonriendo fue un alivio tan grande que las lágrimas empezaron a rodar sin que pudiera contenerlas. Me abracé a ella, sintiendo cómo el peso de los años y la distancia desaparecía.
Mi padre, All Might, también me abrazó, y aunque no dijo mucho, la emoción en sus ojos decía más que mil palabras. Para él, estos años también habían sido difíciles. A pesar de ser el héroe número uno, yo sabía cuánto le había costado dejarme ir. El abrazo de mi madre fue lo que más alivió mi corazón; ver su sonrisa y sus ojos llenos de amor me hizo sentir que había vuelto a casa.
Pasamos horas hablando, poniéndonos al día. Me contaron cómo había sido su vida en estos cinco años y escucharon mis historias de Estados Unidos con atención. Compartir todo lo que había aprendido, mis batallas y logros, me hizo sentir una cercanía con ellos que había creído perdida. Era como si finalmente estuviera completa.
Esa noche, mientras me preparaba para dormir en mi antigua habitación, mis pensamientos volvieron a Touya. ¿Qué estaría haciendo ahora? ¿Recordaría nuestras risas y los momentos que compartimos? Sabía que no podía seguir evitando este reencuentro, pero también tenía miedo de encontrar respuestas que no me gustaran.
Volver a Japón era cerrar un capítulo, y tal vez, abrir uno nuevo. Mi familia estaba aquí, y sabía que mi corazón pertenecía a este lugar. Aunque el futuro era incierto, estaba lista para enfrentar todo lo que me esperaba, incluso si eso incluía volver a abrir mi corazón para Touya.
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Middle; Todoroki Touya.
Fanfiction«Construiré un nuevo mundo, contigo en el medio». [Actualizaciones: Martes] [Saga: Little Monster]