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La brisa fría de la mañana acaricia mi rostro mientras me planto en el tejado de un rascacielos en el centro de la ciudad. El ruido del tráfico se eleva desde abajo, una sinfonía caótica que solía irritarme, pero hoy lo encuentro tranquilizador. Estar aquí, observando el bullicio de la vida en las calles, me da una sensación de propósito. Después de todo, estoy trabajando para convertirme en un héroe.
No siempre ha sido así. Hasta hace poco, había vivido a la sombra de mis propios miedos y frustraciones. La lucha por comprender mi identidad y encontrar mi lugar en este mundo me había dejado sintiéndome perdido, como si fuera un héroe a medias. Pero ahora, con la ayuda de Saori y el respaldo de Hawks, estoy comenzando a cambiar eso.
Hoy, el sol brilla con una claridad que me llena de determinación. Estoy aquí para mejorar, para aprender a confiar en mí mismo y en mis habilidades. Con la esperanza de superar mis inseguridades, me dirijo hacia el punto de encuentro con Hawks.
La figura de Hawks aparece a lo lejos, su cabello dorado brillando al sol. Siempre ha tenido un aire despreocupado, como si todo fuera un juego, pero sé que detrás de esa fachada hay un héroe increíblemente capaz. Me saluda con una sonrisa y un gesto casual, como si no hubiera nada en juego.
—¡Hey, Touya! ¿Listo para el desafío de hoy? —pregunta, su voz llena de energía.
—Listo —respondo, tratando de ocultar la ansiedad que me recorre. No quiero parecer débil frente a él.
Hawks me lanza una mirada evaluativa, como si pudiera leer mis pensamientos. Sé que ha notado la tensión en mis hombros, pero no digo nada. Debo demostrar que puedo manejarlo.
—Hoy nos enfocaremos en mejorar tus habilidades de combate y, más importante aún, en tu trabajo en equipo —me explica mientras comenzamos a volar hacia el área de entrenamiento.
Volamos sobre la ciudad, el viento cortando mi piel. Hay algo liberador en volar, en sentir que puedo alcanzar cualquier cosa. Es un recordatorio de que tengo el poder para cambiar, para crecer. Pero también hay un peso en mis hombros, la presión de demostrar que no soy solo el hijo de Endeavor, que puedo ser un héroe por derecho propio.
El área de entrenamiento es un espacio abierto, rodeado de montañas artificiales y obstáculos que imitan las condiciones de combate en la ciudad. Hawks aterriza con gracia, y yo lo sigo, aterrizando torpemente, pero con determinación.
—Primero, calentemos con algunas maniobras de combate —dice Hawks, sonriendo de forma alentadora—. Recuerda, lo más importante es confiar en ti mismo y en tu instinto.
Me pongo en posición, sintiendo la energía correr por mi cuerpo. Hago una serie de movimientos de calentamiento, y a medida que el sudor comienza a brotar, la ansiedad en mi pecho se disipa un poco.
—¡Vamos, Touya! ¡No te contengas! —grita Hawks, animándome a darlo todo.
Me lanzo hacia adelante, lanzando llamas que se arremolinan a mi alrededor. Es como si estuviera liberando la tensión acumulada. Mientras me muevo, siento la adrenalina fluir por mis venas. Mis movimientos se vuelven más fluidos, más naturales. Cada golpe de calor que lanzo se siente como una afirmación de quién soy.
