El día siguiente prometía ser maravilloso, más suaves nubes esponjosas decoran el cielo dándole un aspecto dulce a ese azul celeste. Los gorriones cantan anunciando el nuevo día que sol ha traído con sus dorados rayos que tocan suavemente la tierra y el agua.
Un milagro de la vida que las personas pasan por alto la mayoría del tiempo.
Totalmente desparramado en su futón rodeado de ropa desordenada, algun jarrón que contenía sake tirado por ahí y su nichiri a tirada en alguna parte de la habitación. Shinjuro Rengoku abrio los ojos tan característicos con el seño fruncido con un pensamiento en su mente al sentir la luz solar en su frente y un pajarito osado cantando cerca de su ventana.
–”fantastico, otro día vivo" -
Se levantó como pudo de su cama, sintiendo el peso de su cuerpo afectado por el cansancio y la bebida eliminandose en su sistema. Dió un ruidoso bostezo, tomando un vaso con agua que posiblemente alguno de sus hijos dejo a su alcance, bebió copiosamente el fresco contenido. Ya más despierto pero sin ganas realmente, empezó su rutina.
Con toda la pereza del mundo, fue caminando hacia el baño evitando a toda costa al ruidoso de su hijo y su mocoso que entrena, era Tanjiro o Shigero Podía oírlos por las paredes, hablando, riendo y haciendo desastres de entrenamientos y cosas así. Lo odiaba porque aturde sus oídos pero también estaba contento, le gusta oír a sus hijos reír aún cuando tienen una desgracia de padre y su amada madre ya no esté.
Lo reconoce, es un muy mal padre. Pero no significa que los quiera menos.
Como siempre, Llegó de alguna manera al sanitario e hizo sus necesidades con total calma. Había dejado en claro a todos los bulliciosos de la casa que ese baño es únicamente suyo. Puede bañarse cómodamente, disfrutando el agua cálida. Hay días que guarda la esperanza de morirse de algún golpe por caerse y eso. Pero luego recapacita y cambia de idea. Morir en el baño por caerse o ahogarse en la tina y estar como dios lo trajo al mundo no es algo demasiado digno.
– claro... Hoy toca ir al pueblo - reflexiona mientras se deja relajar en la tina de madera mirando el techo con aburrido interés.
otra de sus actividades semestrales, es ir al registro del pueblo a poner en orden sus papeles, tierras y herencias. Tambien declarar el número de habitantes en su domicilio y un montón de cosas más aburridas que pide el gobierno. Aunque todos lo tachan de alcohólico, mal humorado, agresivo y algo déspota (y no se equivocan) no es irresponsable en el manejo de sus vienes.
Legalmente hablando, está declarado como un señor feudal. Después de todo, la comunidad donde se ubica la mansión Rengoku pertenece a sus tierras y uno de sus ancestros había comprado esa región con el dinero que consiguió como cazador. A los lugareños les da la oportunidad de vivir ahí (incluso hay una comunidad pequeña de omegas; cortesía de su esposa) nada más pagan una cuota cada cierto tiempo. El debía administrar sus tierras y cuentas cada cierto tiempo y declarar su patrimonio.
Dicha actividad tambien está en el programa de entrenamiento hacia el cabeza dura de su hijo mayor y aunque ya aprendió lo básico, sencillamente la burocracia no es lo suyo (de ningún Rengoku en la historia en realidad) para su buena suerte, Senjuro es lo suficientemente paciente para aprender a revisar los documentos y sobre el manejo administrativo.
¡Un rasgo que heredó de su bella Ruka!! Incluso en el cielo lo ayuda.
– ya que... A darle prisa a esa mierda - salio de la tina dispuesto a secarse y cumplir con esa aburrida obligación. No era la forma de pasar su día libre pero no tenía de otra, podía hacerse de la vista gorda pero las consecuencias serían mayores.
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💫Destello Rengoku 💫
Fiksi PenggemarShinjuro es muchas cosas pero no ignorante, sabe que su hijo tiene mucho en común con el. Tal vez demasiado. 💫 Omegaverse 💫 Rengiyuu 💫 AU Demonios con variaciones. 💫 comedia 💫 Yaoi
