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Advertencia: Fluffydez

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Llego la fecha acordada para la cita. volvía de una misión junto a Tanjiro pero dividieron sus caminos cuando le asignaron un nuevo objetivo en otra parte mientras que al alfa rubio fue guiado para hacer otra misión, misma que esta de paso hacia la direccion de la cita.

Así que Dios lo estaba apoyando desde las alturas o el patrón en su hogar ayudando indirectamente para su encuentro. Sea como sea, está muy feliz. Desde esa noche, han pasado muchos días sin verse o saber de el. Su padre no le permite enviarle cartas y tampoco puede ir a la finca del agua porque es indicativo para Urokodaki que está listo para su última prueba. Siendo sincero aún le falta, razón para no dejar de entrenar casi todo el tiempo con apoyo del joven Kamado o alguno de sus amigos.

Aparte con el agudo olfato que tiene, no puede escabullirse fácilmente.

Corrió como alma lleva Kibutsuji por el bosque, recordando perfectamente el camino para llegar al pequeño templo. No puede perder más tiempo. A la distancia reconoció la estructura de madera con su forma tradicional, salpicando unas pequeñas gotas en el canal de agua del techo. Su corazón dió un brinco cuando vio al pilar del agua esperando.

- ¡Giyuu!! - logro frenar a su alta velocidad, la cara de Giyuu aún siendo neutral, hay sorpresa en sus ojos. Subiendo las escaleras de madera con una radiante sonrisa.
- ¡¿Te hice esperar demasiado?! - el moreno negó con la cabeza, tratando de mantenerse firme.
-¡Que bueno! ¡Que bueno! - se acomodo a su lado, está algo nervioso porque no habían tendido una cita como tal. ¿O es la segunda? ¿Entrenar juntos cuenta como cita?

-"Yomoya... ¿Que le digo? "- pensó. Normalmente no tiene problema con romper el hielo pero ese día justamente su elocuencia se tiró de una ventana.
- ¡Luces ardiente! ¡Digo! ¡Radiante!! - soltó ruborizandose en el acto junto con Giyuu. -¡No es que no seas ardiente pero...! ¡Lo siento!! -

Giyuu mira a otro lado con sus mejillas rosadas.

- está bien. - corto el largo balbuceo que iba a decir el alfa. Una vez roto el hielo y pasar vergüenza, se le ocurrió un tema que desde hace días quería comentar.
- Giyuu. Gracias por hacerle el nido a mi hermano Senjuro - es completamente honesto y acompañado con una sonrisa conmovida.- ¡está realmente contento con su nido! -
- aún... - Kyojuro presto más atención de lo que fuera a decir. Incluso se acercó más para poderlo escuchar - aún... Tiene su forma... El nido -
- ¡Oh! Claro. Es muy resistente. Senjuro solo tiene que esponjarla un poco de vez en cuando para que esté cómoda - expresa tiernamente divertido. - Giyuu... Hiciste el nido demasiado grande para Senjuro. ¿Sabías que mi padre o yo nos acostariamos en el? -

-a mi... me gustaba dormir con Tsukako... Pensé que Senjuro también - su vista está enfocada en el camino, evitando la intensa mirada de su prometido.
-¡Eso fue muy considerado!! Eres muy amable - toma su rostro para verlo a cara. Sus ojos azules destellaron sorpresa. - serás una excelente madre para nuestros cachorros -

Giyuu se ruborizo hasta las orejas por tan atrevida declaracion acompañada de la inocente caricia a su mejilla. Aunque se sentía avergonzado, su olor no deja de ser dulce. Kyojuro se dió cuenta tarde que hablo de más pero no se arrepiente.

- ahora que lo mencionas. ¿Quien es Tsukako? - pregunta intrigado. La forma tan cariñosa que hablo de ella parecía ser alguien muy importante para su Omega.
- mi hermana mayor - bajo la mirada. Recordando con pesar, tanto que su aroma se agrio un poco. Alertando a Kyojuro.
- ¿Giyuu? - con su aroma neroli, le impregna un poco de confianza sin dejar de acariciar su mejilla.

💫Destello Rengoku 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora