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2 horas después de la cacería del demonio.

Giyuu está sentado sobre un tronco con la expresión pensativa, su inocente y mallugado corazón late como loco, delatando sus mejillas aún rojas. Tiene un largo rato que dejó de inspeccionar la zona, incluso olvidó cambiarse de ropa por su uniforme porque su mente está fuera de concentración.

Las palabras de Kyojuro resuenan en su mente como un mantra junto con su sonrisa y la promesa de matrimonio.

Añadiendo su arrolladora honestidad.

Nunca fue su prioridad encontrar pareja o mínimo la esperanza de alguien interesado en el. Kocho, Obanai y Shinazugawa siempre lo molestan por ser poco interesante, Sabito también lo molestaba diciéndole que era demasiado llorón. Además de que no lo conoce y si lo hace posiblemente se vaya.

No quiere ilusionarse, no quiere dejarse llevar por ese calorcito peculiar en su pecho. No quiere sentir su corazón rompiéndose de nuevo.

No quiere.


No quiere.

Pero no puede engañarse, por más que luche, por más que intente ignorarlo, el Kinoe de radiante sonrisa entro a su corazón sin permiso en poco tiempo. cerro la puerta, abre la ventana. Cierra la ventana, entra por algún agujero.

Cerro su corazón y tiro los muros como si tuviera un mazo gigante.

– Kyojuro me gusta - susurro mientras empieza a llorar. Sus mejillas se humedecen por calidas lágrimas e intenta detenerlas con sus manos. Sabe que ya perdio, sabe que ahora está indefenso.

Tiene mucho que perder, nada que ofrecer.

– Kyojuro me gusta pero tengo miedo... - se dijo otra vez, apenas un hilo de voz.

– ¿Giyuu? - levanta la cabeza al oír la voz del alfa que tanto había pensado. Rápidamente se limpia la cara pero es inútil, siguen saliendo libres y suaves.

–¡¿Que ha sucedido?!! - se acercó a el rápidamente. Tomo su rostro y limpio las lágrimas con sus pulgares.

El pecho de Kyojuro se oprimio de ver tan triste a su destinado. Le dolía verlo así y pesaba su alma. Algo en su interior le pedía a gritos buscar a Giyuu mientras ayudaba a los aldeanos a buscar plantas medicinales y agua fresca del río.

«que no estaba bien» decía su corazón.

Cuando terminó de llevar el agua, le dijo al dueño de la casa que tenía que irse a buscar a su compañero. No espero respuesta y se marchó.

Tardó un poco en encontrar a Giyuu y más con Shinobu que lo perseguía preguntando detalles de la misión, según ella para atender mejor a las víctimas. Normalmente agradece su compañía y está dispuesto a cooperar pero está vez quería, no, ¡Necesita que se retire! Así que de la forma más amable que pudo, le pidió espacio. La joven de ojos amatista lo vio confundida por su negativa a estar con ella pero sus dudas no fueron aclaradas ni tuvo oportunidad de objetar porque Kyojuro rápidamente se esfumó de ahí.

Tras unos cuantos minutos, lo encontró junto a un tronco.

– yo... No es nada - desvío los ojos, avergonzado de ser descubierto.
– "aún no confía en mí" - razonó con pesar pero aún así, no detuvo sus acciones.

– Giyuu... – se acomodo junto a el. moviendo sus dedos un poco tenso. No es común en el ser tan pasivo o indirecto pero con su destinado todo es muy distinto, tan natural y a la vez fuera de si mismo.

💫Destello Rengoku 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora