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Advertencia: mucha fufflydez. Consuma su hipoglucemiantes para evitar morir de diabetes.

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Pasaron un par de horas y el atardecer ya estaba presente en la residencia Rengoku.

Senjuro mira con los ojos bien abiertos aquel nuevo objeto en su habitación. Su sonrisa es temblorosa admirando el nido de buen tamaño de color caqui y blanco: gracias a las sábanas que modifico, relleno y distribuyó con sus manos. Sus almohadas también están modificas para ser más suaves y blandas, el relleno que quitó, lo uso en la cama.

– ¿Puedo? - tímido señalo el colecho, el Omega de ojos azul profundo afirmó. Vio como se acercó despacio y se metió, temiendo desordenar mucho el nido. Se acurruco dándose cuenta que Giyuu considero muchos detalles. Desde su colecho podía ver hacia el jardin sin sentirse expuesto y  el material del que está hecho es cálido, los borden sirven como rompevientos, así que no tendrá frío si olvida cerrar la ventana. La mesita de noche le facilita tener un libro o un vaso con agua sin salir de su nido. Enterró un poco su cara en el nido, olfateando el ligero aroma floral que lo relaja despacio. Recuerda brevemente que Giyuu pasaba sus manos por su cabello para impregnar su aroma en el algodón y tela.

(Aclaración: a dosis bajas, el ylang ylang puede usarse para meditar o dormir. )

– se que no es mucho pero... - Giyuu no estaba seguro si hizo bien. El menor no había dicho nada desde hace rato pero no culpa si no le gusta. No sabe cómo hacia los nidos la señora Rengoku y dudaba mucho que se pueda comparar con ella.

– es maravilloso. ¡Muchas, muchas gracias Giyuu!- abrazo enfusivo al pelinegro de la cintura. Sonriendo con pequeñas lagrimitas en sus ojos, no sabe si es de felicidad o provocado por el bostezo que soltó por el repentino sueño que le dió.

– a... A dormir cachorro - ordena amable y lo acomoda en el colecho. De inmediato, Senjuro hace caso y suspira muy feliz, le da una pequeña mirada a Giyuu. Sabe lo que significa, el mismo lo hizo con su hermana cuando era pequeño. Cayendo redondito por sus instintos y su corazón de masita, con cuidado se mete por sobre la cobija y abraza con ternura al menor.  Rascando su cabeza suavemente en una especie de arrulló.

Giyuu también estaba cansado, entre el entrenamiento y coser lo dejo bastante agotado. despacio se fue quedando dormido.

...

Kyojuro pasaba por el jardín para ir a buscar a Senjuro y Giyuu para cenar. La señora Kie con ayuda de Nezuko y los más jóvenes de la familia se encargaron de la cena mientras el se bañaba con Tanjiro. Había Sido un día muy productivo.

– Senjuro... - se asomo por la pequeña terraza que da hacia la habitación de Senjuro y se extraña de verla tan oscura y vacia. Con cuidado se acercó mas para llevarse la sorpresa del día.

No es que este vacía, el colecho está en una posición que no es vista tan fácilmente desde afuera.  Se ve confortable y cómoda, por cómo está dormido su pequeño hermano con Giyuu dándole un abrazo.  Le daba ganas de meterse con ellos y descansar los tres juntos en el colecho pero no lo hizo porque  podria despertarlos.

La escena  entro muy profundamente en su corazón.

Definitivamente, daría todo lo que esté en sus manos para que esa escena se repita todos los días.

...

Pasaron otros dos días desde que Giyuu entreno con Kyojuro y el ambiente en la mansión está algo distinta aunque no es a simple vista para aquellos que son ajenos, solamente la familia Kamado y Uzui se habían dado cuenta. Todo transcurre sin muchos cambios: salir a misiones, estudiar, comer, entre una que otra actividad cotidiana.

💫Destello Rengoku 💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora