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– Veo que te has teñido el cabello.

– Meg me a llevado con su estilista más
personal –sonreí, me senté en el sofá subiendo mis pies mientras los cruzaba.

– Ponte cómoda –sonrio– Y bien... Cuéntame cómo te has sentido, está es tu décima novena sesión si no lo mal recuerdo.

– Pues...–mire hacia la ventana, hice un gesto con la boca de pago tratando de pensar en como me había ido las últimas 17 horas.

– ¿Y bien? Me dirás algo o...seguirás fingiendo ser un patito –me gire a verlo, ¿Cómo podía sonreír siempre?.

– Pues ya dejé las pastillas poco a poco como me lo has indicado y e podido dormir.

– ¿Ya no tienes la misma pesadilla de siempre?.

– Ya no veo la cara de Harry, ahora veo a Leonardo D'caprio –frunció su ceño– Estoy bromeando.

Comenzó a reír mientras dejaba sus lentes sobre la mesita.

– Ya no tengo pesadillas, pero si sueños extraños.

– Es normal...y ¿Cómo te has sentido fuera de tus sueños?.

– Tranquila...e hecho muchas cosas desde que llegué aquí y empecé con la terapia, Meg me lleva a la playa todos los días, siempre hay algo nuevo que hacer, antier fuimos por un helado y a jugar baloncesto playero, ayer simplemente caminamos y platicamos acerca de lo que quiero hacer.

– ¿Y que quieres hacer?.

– He estado pensando en regresar a
Chicago –la expresión de Alec cambio al instante, su sonrisa se desvaneció poco a poco, no se veía molesto pero, no le había agradado mi respuesta– Solo será por unos días en lo que hago supervisión de la remodelación de la residencia.

– Creo que...está bien, mientras sigas con la terapia que salgas de tu rutina
está bien –me sonrió.

– Bien...– sonreí levemente mientras veía la hora.

–Tengo que decirte que has avanzado muchísimo, ya no te veo impaciente, e contado las veces que has movido tus manos y han sido menores a las anteriores sesiones, tu ansiedad redujo podría decir un 75%.

– Si...me siento mucho más tranquila, incluso e dejado el cigarro está semana.

– Eso está perfecto, no soy médico humano pero digamos que tus pulmones están agradecidos contigo –soltamos una risita, alzamos la mirada al mismo tiempo, hubo silencio, después de segundos él aclaro su garganta desviando su mirada de mi rostro.

– La sesión a concluido por hoy lía– se levantó de su asiento y camino hacia el gran ventanal, me levanté de igual forma y le seguí, desde ahí se podía ver la calle, estaba empezando a gotear, algo raro en Orlando, las vacaciones se había ido y empezaba el otoño– Por cierto no me disculpé ese día.

– ¿De que hablas? – nos vimos directamente.

– Cuando dije que un estúpido se había estacionado en mi lugar –solte una risa mientras me alejaba de la ventana.

– Creo que me iré antes de que empiece a llover realmente – me acerque y tome mi teléfono.

– ¿Traes algún impermeable?.

– ¿Existen los impermeables en florida?–Me sonrió, camine hacia la puerta– Muchas gracias por todo Alec, nos vemos el jueves.

Algo cubría mis hombros, me quedé quieta por un segundo para después darme cuenta que me estaba cubriendo con su chaqueta, me gire al instante, él se alejó un poco para no chocar directamente conmigo, me miraba sonriente pero sin mostrar sus dientes, era...un gesto algo extraño, tal vez nunca habíamos estado tan cerca.

Mafia Y Pecado |H.S| (Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora