𝒞𝒜𝒫𝐼𝒯𝒰𝐿𝒪 𝐿𝒳𝐼

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  El día de mi cumpleaños cae junto con el día de carrera. Mientras camino por el paddock, algunos de los pilotos me paran para felicitarme.

—¡Lays! —Daniel viene corriendo hacia mí y me abraza—. Muchísimas felicidades.

—Muchas gracias, Honey Badger —le devuelvo el abrazo.

—Ten —me da una pequeña foto—. No es gran cosa, pero esta noche será mejor.

—No tenías por qué, Daniel —le dedico una sonrisa.

Miro la pequeña foto hecha con la polaroid y veo que es una foto en la que aparecemos Carlos y yo. El piloto y yo estamos sentados compartiendo los auriculares de cable del piloto. El chico me abraza mientras nos miramos con una sonrisa en el rostro.

—¿Cuándo hiciste esta foto? —le pregunto al australiano.

—En el Gran Premio de Francia.

Vuelvo a abrazar al piloto y le doy un beso. En el momento que nos separamos, veo a Lando venir hacia nosotros acompañado por Russell.

—Felicidades, Lays —el joven inglés viene a darme un abrazo.

—Muchas gracias, Lando —le dedico una sonrisa.

—Felicidades, Layla —el piloto de Mercedes me dedica una sonrisa.

—Gracias, señor Consistencia —me burlo.

El joven piloto de Mercedes se ríe al escucharme llamarle por el apodo que le han puesto los comentaristas. Me despido de ellos y mientras retomo el paso hacia el garaje de Ferrari, miro en anverso de la fotografía que me ha regalado Daniel:

—"El amor puede encontrarse en los peores momentos y, cuando es el adecuado, es la cosa más maravillosa que existe"

Sonrío al leer lo que ha escrito Daniel y guardo la foto en el pequeño bolsito que he traído. Sigo caminando por el paddock y veo a algunos fans haciéndose fotos con los pilotos. Ellos, al verme, se acercan para felicitarme y darme algún que otro obsequio: Gasly me ha dado una gorra de Alpha Tauri firmada por él y Yuki.

Cuando paso por el de Alpine, veo a Fernando y a Vettel hablando animadamente.

El piloto español silba y me hace gestos para que me acerque.

—¿Qué pasa? —pregunto cuando he llegado a ellos.

—¿Cómo que qué pasa? —Fernando se cruza de brazos—. Es tu cumpleaños.

—Ah, sí —asiento.

—No se te ve muy entusiasmada —comenta Vettel.

—No me gusta mucho mi cumpleaños —hago una mueca.

—¿Cómo no te va a gustar tu cumpleaños? —Alonso frunce el ceño—. Si es el mejor día del año. Todo el mundo se preocupa por ti y eres el centro de atención.

—Fernando, si a la chica no le gusta celebrarlo, no le gusta —interviene Sebastian.

—Yo solo daba mi opinión.

—No pasa nada, Fernando —le dedico una sonrisa.

—Eso me recuerda...un momento —dice el asturiano antes de irse corriendo al interior del garaje.

Miro el coche del español y hago una mueca. A veces pienso si fue buena idea que firmase por esta escudería.

—¿Qué tal con Carlos? —me pregunta Vettel.

—Bueno...—hago una mueca—. Sigue enfadado conmigo.

—De verdad —el alemán pone los ojos en blanco—. Entiendo que le moleste un poco, pero llevarlo a tanto...

𝐵𝑂𝑅𝑂𝐽𝑂 | 𝘊𝘈𝘙𝘓𝘖𝘚 𝘚𝘈𝘐𝘕𝘡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora