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Abro la puerta de casa con mucho cuidado, Wanda no me ha soltado hasta ahora que se vio obligada en devolverme a mi hogar cuando la llamaron del trabajo y tuvo que salir a resolver algo. En mi casa las luces estaban completamente apagadas, en el sillón dos bultos uno encima del otro y besándose como si fuera la primera vez.

—¡Dios, mamá! —grito al notar la cabellera de mi madre, enciendo la luz y me giro de inmediato.

—¡No es lo que piensas, Arte! —grita mi padre

—¿No es lo que creo? Creí haberlos visto desnudos uno encima del otro y con tu pene en la vagina de mi madre

—Oh, en ese caso, si es lo que piensas

—¡Tristán! —reta mi madre —¿Dónde se supone que estabas, Artemis? Y que fue esa llamada

—¿De verdad vas a preguntarme cuando vengo y veo esto?

—Bien, no diré nada —suspira, ella pasa por mi lado ajustando la bata a su cuerpo y camina hacia la cocina —¿te hago un café?

—No me gusta

—A ti no, a tu padre —el hombre se acerca para besar mi mejilla y mi expresión es de un desagrado seguro.

—Si, cariño —mi madre se retira a la cocina y antes de que mi padre le siga el paso, lo detengo y pongo mi mejor cara de "no apruebo esto" —se lo diré, ¿bien?

—Hazlo, esto —los señalo —es horrible —descarto la idea que le estoy haciendo exactamente lo mismo a él.

¡Oh mierda! Le estoy haciendo lo mismo a mi padre.

—Tranquila, Arte, le diré de verdad, te lo prometo —suspira —no me gusta serle infiel, pero necesito asegurarme de que tu madre me dejará volver a casa

—¡Tristán! —llama a su persona

—Iré a darme un baño y a dormir, espero que mañana no estés aquí —suspiro —¿Cómo haces para besarla y no sentir culpa? —niego con mi cabeza y comienzo a subir las escaleras

—¿Nunca le fuiste infiel a Piero? —pregunta, me detengo en el quinto escalón —hablando del muchacho, lo invite a almorzar mañana por la tarde

—¿Aquí?

—No, tu madre no lo quiere ni ver, en mi hogar y acepto con gusto —acaricia una fotografía nuestra y la acomoda con mucho cuidado. —el me cae bien, se que nunca te lo dije... pero parece un buen chico y en verdad se preocupa por ti

—¿Tu casa? ¿Con Wanda? —trago saliva, no es correcto, no es bueno...

—Y Lisa —agrega.

Asiento con suavidad, mi padre no sabe que estamos en una crisis y claramente no sabe que me acosté con su novia... y claramente Piero, no sabe que le fui infiel.

Y Lisa no sabe nada.

Pasos suaves, escalones que se sienten como arena movediza y el corazón que se paraliza, el tiempo no tiene importancia, apenas llego al ultimo escalón, caigo de rodillas enfrente a la puerta de mi habitación. Siento que me falta el aire, voy a morir y no será por los años, será por los malditos problemas en los que me meto.

Como puedo abro la puerta, mi madre no se ha percatado del ruido del golpe que han provocado mis mentiras y mi oscuridad. Me levanto sosteniéndome de la cama y en cuento hago eso... es mi fin.

La cama entera está repleta de fotos mías, saliendo de impura, entrando, en la habitación, en el bar, bailando y coqueteando con clientes. Con mucha prisa, comienzo a juntar todas las fotos, las meto en mi mochila y bajo las escaleras con rapidez.

ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora