🐆・𝐂APÍTULO CINCO

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Nadie Se Mete Con La Parca y Vive Para Contarlo

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Nadie Se Mete Con La Parca y Vive Para Contarlo

21 de junio de 2019.

🐆 ; A T Z I N

—Buenas tardes. —dejo salir una sonrisa en mis labios, extendiendo mis brazos para asegurarme que el idiota se dé cuenta de cada uno de los hombres que están apuntando a su maldita cabeza.

Dentro sólo están Alondra y Damien, uno a mi derecha y el otro a la izquierda, un par de pasos detrás de mí. Pero, afuera, tengo una cantidad absurda de francotiradores apuntándole. Estoy parada en un punto en el que no pueden verme a mí, pero sí a todos los demás.

Esto del anonimato es difícil a veces.

No tengo mucha idea de qué está pasando exactamente aquí, simplemente me enteré que estaba intentando fallar a nuestro acuerdo, queriendo pasar por encima de mí, por encima de las reglas que le di cuando nos asociamos. ¿Quién madres se cree?

—¿Tú eres? —responde con exagerada superioridad, mientras se voltea para dejar de ver al hombre que está desangrándose en una silla delante de él y fijar su mirada en mi.

—¿Ahora no me conoces? —continúo con la burla, arremangándome la camisa negra del brazo derecho, dejando que vea el tatuaje ese calavera, idéntico a la cicatriz que aparece en cada una de mis víctimas.

Se queda de pie, analizándome.

—Es imposible que seas tú... La Parca es un hombre.

—Si me pagaran por cada vez que he oído eso tendría más dinero que vendiendo con idiotas como tú —suspiro—. No has visto a La Parca ni una vez en tu puta vida, ¿con qué huevos asumiste que era hombre? —cruzo los brazos.

Observo el movimiento de su garganta mientras traga. Alguien está a punto de morir y lo sabe.

—¿Qué haces aquí?

—Por favor, Javier —bajo las manos hasta meterlas en los bolsillos de mi pantalón de vestir. Estaba a la mitad de una reunión con Alondra cuando tuve que tomar un vuelo de emergencia en mi Jet, ni siquiera tuve tiempo de quitarme el traje.—, pensé que sabías el origen de mi apodo. —avanzo un par de pasos, acercándome más a él.

Permanece callado, pensando en una manera de zafarse de este asunto, lamentablemente para él, no creo en las segundas oportunidades.

»¿Creíste que no me enteraría de que estabas jugando sucio a mis espaldas? Teníamos un trato, y te lo pasaste por el culo.

—No sé de qué me estás hablando...

—A diferencia de ti, no soy idiota. No me vas a engañar con esas estrategias baratas.

—Por favor, podemos llegar a un acuerdo.

—Teníamos uno, lo rompiste —encojo los hombros, con las manos aún dentro de mis bolsillos—, ¿por qué volvería a creer en ti? No se me ha olvidado que siempre fuiste el que tenía más que perder, ¿o acaso crees que se me olvidó como llegaste a uno de mis hombres rogando porque te diera trabajo?

MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora