🐆・𝐂APÍTULO DIEZ

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"Rompecabezas"

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"Rompecabezas"

🐆 ; A T Z I N

Le entrego la carta al mesero mientras paso una mano por mi cabello.

La peluca me pica.

Después del desayuno con Alena tuvimos que venir al restaurante donde está sucediendo la reunión entre la Yakuza y Dalil. Están a tres mesas de nosotros, pero puse un micrófono debajo de ella para poder escuchar lo que están hablando desde el intercomunicador en mi oreja.

Diego está a mi lado, sin saber qué ordenar. Alondra tuvo que regresar al Mictlán, sería demasiado arriesgado que la vieran cerca.

—¿Qué me recomiendas?

—Todo sabe bien, pide lo que quieras. —murmuro, enfada porque me hace perder la atención en el objetivo.

Es mi maldito restaurante, no permitiría que sirvan algo que no sepa bien. Las mediocridades no van conmigo.

No están hablando, pero no quiero perderme el momento en el que comiencen a hacerlo. Llevan veinte minutos sentados, bebiendo licor, viéndose fijamente a los ojos.

Raiden Katsuo es el líder más joven que ha tenido la Yakuza. Entró al poder hace seis años, cuando su padre murió en un enfrentamiento con la policía. Sólo tenía quince años.

Cuando los miembros de la organización lo vieron tan joven intentaron matarlo en innumerables ocasiones. Y el hijo de puta logró salir victorioso de cada una de ellas. Se llevó la lotería cuando repartieron los ángeles de la guarda. Es irreal lo suyo, ni siquiera es un ángel lo que lo protege, es la misma muerte.


Crecer en ese ambiente ha hecho que su personalidad sea un poco... difícil de llevar. Ahora mismo, está viendo a Dalil a los ojos, mientras una sonrisa burlona se extiende por sus labios. Los nudillos de Dalil se aprietan sobre el vaso de cristal, enojado porque el japonés no le está mostrando el más mínimo respeto.

Probablemente eso es lo que busca, por eso está haciendo todo lo que está haciendo, quiere sentirse respetado. Viene de un hogar bastante grande, su padre tenía una esposa y tres concubinas. Es el mayor de siete hermanos, lo que lo hacía el que tenía más probabilidades de ser el siguiente líder, probablemente sus hermanos vivían enojados con él, envidiosos del lugar que tenía.

No me sorprendería si me dijeran que lo intentaron matar alguna vez.

Raiden y Dalil son bastante similares en ese aspecto. Todos los hijos de jefes de la mafia hemos pasado por ello, mas bien. A pesar de que ningún enemigo de mi padre sabía de mi existencia, cuando tomé su lugar muchas personas dentro de mi organización me intentaron asesinar, entrando a mi despacho y habitación sin permiso. Obviamente, ninguno corrió con la suerte de salir de allí.

MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora