🐆・𝐂APÍTULO CATORCE

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"Contrabando"

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"Contrabando"

17 de septiembre de 2019.

🐆 ; D I E G O

—¿No tienes miedo de que haya grabado la conversación? ¿O tu cara?

—Alex es hacker, está encargado de interferir la señal de las cámaras de seguridad de todos los lugares a los que voy a una misión.

—Enserio piensas en todo, ¿ah?

—Eso dicen —encoge los hombros—, yo lo veo como algo muy lógico.

—¿Sabes de cuánto es tu IQ?

—No.

—Deberías hacer el test, apuesto a que es mayor al promedio.

—Cuando tenga tiempo, supongo.

Asiento, aún sabiendo que no es capaz de verme porque toda su atención está puesta en la carretera delante de nosotros. Decidió que era mejor venir en camioneta, en vez de usar el Jet para llegar directamente a nuestro destino. También pensó que lo mejor sería venir solos.

Tengo muchas dudas al respecto pero decidí no preguntar nada, parece que le estresan mis preguntas.

En cuanto terminó con Mario, regresamos al jet para volver a México, pero nos dejó en la ciudad de Veracruz, tuvimos que tomar la camioneta para avanzar al lugar donde se realizará el contrabando. Llevamos casi cuatro horas en la camioneta y mis piernas parecen que están a punto de perder sensibilidad.

Por si fuera poco, traemos a un león cachorro en los asientos traseros. Sorprendentemente, no ha dado problemas, simplemente se quedó sentado viendo hacia el camino.

Una llamada suena en mi teléfono, contesto y pongo el altavoz, noté que a La Parca le gusta cuando Alondra hace eso.

—Diego —se escucha la voz de Frida del otro lado de la línea—, hay un retén de militares a veinte minutos de donde van, no hay caminos alternativos, así que tomen sus precauciones.

—Mierda. —murmura en voz baja Atzin.

—Entendido, gracias por avisar. —contesto antes de colgar.

Seguimos por la carretera, y quince minutos después Atzin para a un lado del camino. Baja de la camioneta y abre la puerta trasera.

—Tonatiuh. —Le llama y el león se dirige hacia ella.

Lo carga y lo mete en el maletero.

—Será sólo por un par de minutos, te lo prometo. —escucho su voz, amortiguada por las ventanas, antes de cerrar el maletero y volver a subir al asiento del conductor, donde se quita la chaqueta del traje, abre los primeros tres botones de su camisa y los últimos cuatro, para anudarla sobre el abdomen.

MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora