🐆・𝐂APÍTULO VEINTICUATRO

22 3 73
                                    


"El Inicio"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El Inicio"

13 de octubre de 2019.

🐆 ; D I E G O

Siento una molestia en la nariz e intento apartar lo que sea que sea sin despertar. No sirve de mucho porque al par de segundos regresa.

Cuando me canso porque quiero seguir durmiendo, uso mi mano para quitar lo que me está molestando. El problema es que no estoy del todo despierto, entonces no soy tan delicado como debería.

La molestia en mi nariz desaparece... pero es seguido de un grito. Un grito de Atzin.

Una mano sube a mi cuello y comienza a asfixiarme.

Ahí es cuando decido que es mejor despertar.

Abro los ojos y veo a una Atzin muy molesta ahorcándome con una mano... y con una mancha roja en el lado derecho de su frente.

La cosa que me estaba irritando la nariz era su cabello. Genial.

—Lo... siento...

—¡¿Por qué me golpeaste?!

Le contestaría si pudiera hablar, pero sin aire se me dificulta la tarea.

Golpeo su mano, suavemente, y afortunadamente entiende la indirecta, soltando mi garganta.

—¿Por qué me golpeaste?

—Tu cabello se me estaba metiendo a la nariz.

—¡Qué asco!

No puedo pensar en algo ingenioso para contestarle, el aire apenas está volviendo a llegar de manera adecuada a mi cerebro.

—¿Quieres algo en especial para el desayuno? —pregunto mientras me levanto de la cama, intentando aliviar el momento.

—Lo que sea. —Se cubre con la sábana, acomodándose para volver a dormir.

Cuando me ofreció trabajo, nunca mencionó que terminaría siendo su maldito sirviente. Joder, probablemente no hubiera aceptado si lo hubiera sabido, para ser honesto. Pero supongo que ya estoy demasiado embarrado de toda esta mierda como para intentar volver a tener una vida normal.

A veces tomamos una decisión inocente sin darnos cuenta de cómo puede repercutir en nuestra vida.

Y, como no tengo nada mejor que hacer, pienso en todo eso mientras cocino el desayuno.

Nunca antes había cocinado, ni siquiera para mí mismo. Siempre he sido flojo en ese aspecto. Me sorprende incluso el que no haya envenenado a Atzin de manera involuntaria, estoy realmente aprendiendo sobre la marcha.

Desayuno solo en la cocina, supongo que lo mejor es dejarla dormir un poco más, le hará bien para que se termine de recuperar.

Cuando termino, le llevo su desayuno en una bandeja hasta su cama. Cuesta un poco más despertarla que otros días, pero no se ve tan agresiva. Me siento a un lado, viéndola comer. Su apetito ha mejorado en comparación a los otros días, esta vez casi se termina todo lo que le hice.

MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora