🐆・𝐂APÍTULO TRECE

29 2 140
                                    


"Solucionando Problemas"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Solucionando Problemas"

16 de septiembre de 2019.

🐆 ; A T Z I N

Aprieto el vaso de cristal contra los dientes mientras espero a que Damien se digne a darme la información que le pedí.

—Es cierto, la SENAA está detrás de tus negocios. —concede.

—Eso ya lo sé —contesto con amargura.

Literalmente, su trabajo es ir detrás de mi trasero. Que me diga algo que no sepa.

—Sergio está obsesionado con atraparte de una vez, su cacería lleva años y no he tenido ni el más mínimo resultado, se rumora que le van a quitar el capital para llevar a cabo su investigación. Necesita hacer algo antes de que eso pase, se quedaría en la calle.

—El gran Comandante —espeto con burla— Sergio García está acorralado, vaya. ¿Crees que ya le haya llegado mi amenaza?

—No debe tardar. —contesta, poniéndose de pie.

»¿Comemos juntos hoy?

—No, perdón, debo ir a ver al proveedor de España que estuvo involucrado en los negocios de Javier y Luis.

—¿Sigues detrás de él? Ya sabes que trabajan para Dalil, ¿qué más necesitas?

—Saber quién más está de su lado, para deshacerme de ellos. Con suerte incluso podrían ayudarme a saber el paradero de Dalil, o una de sus bodegas.

—Va a ser difícil que uno de esos idiotas tenga información de ese tipo, pero te deseo suerte.

—Gracias, si obtengo algo te aviso.

Sale de mi oficina, yo me quedo, revisando las cuentas de algunos negocios.

Recibo una llamada y contesto, colocando el teléfono junto a mi oreja mientras me pongo cómoda contra mi asiento. No hablo primero, nunca lo hago. Espero hasta que se desespere y decida hablar.

—Eres un maldito.

Y ahí está.

—¿Con quién hablo? —pregunto con burla que no se disimula ni por el modulador de voz.

—Sabes perfectamente quién soy, por algo me estás buscando.

—¿Buscarte yo? No te confundas, Sergio, tú eres el que anda detrás de mí, de mis negocios, de mis hombres.

—¡Es mi puto trabajo! Acabar con escoria como tú.

—Me rompes el corazón. —grito mientras dejo caer mi cabeza contra el respaldo de mi asiento, disfrutando lo fácil que es quebrarle la paciencia.

MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora