El viento se empezó a levantar mientras que anochecía, mecía mi cabello oscuro mientras que divisaba desde el acantilado el anochecer. Siempre me había sentido conectada con la naturaleza desde que era muy pequeña aunque eso no era lo que siempre rondaba en mi cabeza.
Siempre pensaba en lo tan diferente que era de las demás mujeres, bueno, mejor dicho había algo que me diferenciaba de las demás chicas... Una cola.
Era como la de un mono, era extraño. ¿Por qué era diferente? ¿Por qué tenía eso? Eran preguntas que siempre habían rondado por mi cabeza. Al preguntarle a mis padres ellos siempre decían que era algo raro pero que no pasaba nada, que me querían tal y como era. Me resultaba extraño, no me parecía a ellos, estos tenían el pelo de color rubio y castaño, mi hermano mayor era rubio con los ojos azules, tenía mucho más parecido él a ellos que yo...
— ¿Por qué soy diferente? Mi pelo es negro y los ojos también, no tengo ningún parecido con mi familia... Hasta en la escuela piensan que soy rara. — Siempre he escondido la cola por lo que llegaran a saber sobre esto sería algo más a la lista.
Me levanté del suelo y miré por última vez al horizonte, el cielo ya se veía oscuro pero con ciertos tonalidades moradas. Me di la vuelta para volver a casa, sabía que debía darme prisa o sino iba a ser regañada, a mis padres no les gustaba que saliera por la noche en luna llena, era algo extraño pero me lo prohibieron.
Empecé a correr por el bosque para darme prisa, no podía ver bien pero sabía el camino, sabía como moverme por el bosque. Ciertamente tenía mucha más resistencia y fuerza que las demás personas por lo que me resultaba extraño pero era algo nuevo.
Al divisar de lejos la luz de la ciudad estuve algo más tranquila pues mi hermano mayor me estaba esperando con el coche (auto), al llegar este me sonrió y me abrió la puerta.
— Siempre estás corriendo por ahí como animal salvaje. — dijo mientras encendía el motor. — Ya es una costumbre venir a recogerte a este lugar. —
— Lo siento Rei, cada vez que termino las clases quiero ir a ese lugar. Me desestresa la naturaleza, el atardecer... —
— Mi hermanita Seiya... A veces eres alguien bastante extraña. —
— Ya de por sí es extraño que mamá me pusiera un nombre de niño en vez de niña... — dije mientras miraba por la ventana.
— Eso es fácil, Seiya parece un hombretón por lo que.. ¡AAAAAHHH! - Gritó al sentir el pellizco que le estaba haciendo en la pierna.
— ¿Algo más que decir Rei? —
— No, claro que no. — Dijo mientras se sobaba la zona que había sido pellizcada.
Al llegar a la casa todo volvió a la rutina de siempre, baño, cena, hacer ejercicios y estudiar y lo siguiente dormir, para mañana volver a hacer la rutina de la mañana. Estaba cansada de esa rutina, quería algo de aventura, algo que dentro de mi desde hace tiempo deseaba soltar.
.
.
.
Después de unos días por fin era domingo, me encontraba caminando por el bosque mientras que tarareaba una canción. Mi cola se iba meciendo al son de la canción que tarareaba hasta que de repente un estruendo se escuchó, al oír aquello quise ir a comprobar que era lo que había provocado aquél ruido.
Al llegar vi a dos chicos allí, uno de cabello lila y otro de cabello negro, los dos estaban riendo mientras a su alrededor todo era un desastre, el terreno estaba hecho un completo desastre.
— ¿Quién eres? — Habló el del cabello negro.
— ¿Y-Yo? — Dije perpleja, aún estaba intentando salir del trance después de ver aquella escena.
— ¿Acaso hay alguien más aquí? — El del cabello lila respondió mientras se cruzaba de brazos.
— Soy Seiya... ¿Y ustedes? — Me acerqué poco a poco con cautela.
— Yo soy Goten y él es Trunks. — Dijo el del cabello negro mientras señalaba al otro.
— Encantada chicos... Pero... ¿Qué ha ocurrido aquí? Está todo hecho un desastre. — dije mientras veía la escena.
— Estábamos entrenando, nuestros padres no quieren que perdamos fuerza. Pero es algo imposible alcanzarlos... — Este suspiró, en cambio yo me quedé con un tik en el ojo. ¿Había oído bien? ¿Estaban entrenando? ¿Eso fue lo que ocurrió aquí?
— ¿Entrenando?.. — Me di la vuelta para seguir contemplando todo el lugar... — Ya... —
— ¡Una cola! — Al oír al del cabello negro hablar sobre aquello me di la vuelta enseguida y la escondí.
— ¡¿Eres también una saiyajin?!.. Pensé que no había más de nosotros en el planeta. — Parecía sorprendido por aquello. ¿Espera a que se refería con saiyajin?
— ¿Una saiyajin? ¿A qué os referís? — Estos dos me miraron perplejos mientras que yo intentaba saber a que se referían esos dos.
Estos dos se pusieron hablar entre ellos del por qué yo, supuestamente una saiyajin, me encontraba allí. Yo al ver que esto era demasiado raro decidí darme la media vuelta e irme sin que estos dos se dieran cuenta, ya eran demasiado raros como para que ahora me metieran en problemas además... ¿Qué tipo de entrenamiento tuvieron para causar tal destrozo? ¡¿Acaso eran pirotécnicos?!
Cuando el chico del cabello morado llamado Trunks vio que me estaba alejando le llamó la atención al otro chico, yo al sentir que dejaron de hablar sabía que se habían dado cuenta. Es hora de correr, empecé a correr por el bosque mientras que estos dos empezaron a seguirme.
... No necesitaron ni un minuto para alcanzarme, a pesar que yo era alguien bastante rápida ellos lo eran demasiado, en solo un segundo estaban corriendo los dos a cada lado mío. Empecé a acelerar pero Goten me atrapó entre sus brazos para que dejara de correr.
— Debemos hablar con nuestros padres Trunks. — Dijo mientras me tenía bien sujeta.
— Si, que una saiyajin de la que no sabíamos esté por aquí... Es extraño, debemos informar. — Mientras que yo intentaba soltarme de los brazos de Goten vi de reojo algo que me dejó quieta. Trunks estaba levitando mientras estaba atendiendo una llamada.
— Está volando... ¿C-Cómo?.. —
— Está usando el ki. — Dijo Goten por detrás mía.
— ¿Ki? ¿Qué es eso? —
— Verás... ¿Cómo te lo explico?.. Es una energía que todo ser vivo pose dentro de si mismo, si no tuvieras ki estarías muerto. Todas las personas tienen pero aquí en el planeta Tierra pocas personas saben utilizarlo.
De repente Goten me agarró como una princesa y seguido empezó a flotar tal y como había hecho antes Trunks. Me aferré a Goten al ver que cada vez estábamos más lejos del suelo.
— ¿Y bien Trunks? —
— Mi madre me ha dicho que llevemos a Seiya a mi casa, mi padre y ella quieren verla. — Dijo mientras se guardaba el teléfono dentro del bolsillo de su chaqueta.
— Bien, agárrate fuerte Seiya. ¡Iremos rápido! — De repente a una gran velocidad empezamos a movernos por el cielo, de tal velocidad me aferré fuertemente a Goten.
ESTÁS LEYENDO
Seiya
FanfictionNuestra prota Seiya sabía que era diferente pero no sabía que iba a ser tanto.