Capítulo 26

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La situación se había vuelto demasiado vergonzosa, tenía a mi pareja en mi desnudo y mojado regazo.

Este miraba mi rostro con un sonrojó notorio al igual que yo a él, la situación se había vuelto aún más vergonzosa.

— Me habías llamado. ¿Qué es lo que necesitas? — Dije mientras desviaba la mirada a un lado por la vergüenza y el nerviosismo que poseía en ese momento, básicamente era un manojo de nervios con el rostro como un tomate.

— Si... — Este no dejaba de mirarme en el rostro, además no sé había levantado de mi regazo. — Pero... Se me ha olvidado. — Se sonrojó aún más después de aquellas palabras.

— Entonces, ¿puedes salir y esperar a que termine..? — Al decir esto este se levantó sin mirar hacia mí dirección y salió de allí con un perdón de por medio.

Después de que él saliera cerré la puerta para que no volviera a suceder nada como esto de nuevo. El resto del tiempo la pasé dentro de la bañera (tina) pensando en lo que acababa de ocurrir.

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Después de varios días nos fuimos a nuestro siguiente destino, era una zona desértica por lo que llevaba un pañuelo para cubrirme del sol al igual que muchos llevaban por este pueblo.

La vegetación como la arquitectura y en general todo, era diferente, los dos caminábamos por las calles de piedra mezclada con arena observando cada lugar, echando fotos y probando comidas las cuales eran exóticas para nosotros, sobre todo para él.

Las excursiones de este verano realmente eran divertidas, ya que después de visitar este desierto nos dirigimos al norte, osea lo contrario al desierto.

Todo estaba lleno de nieve, un pueblo chiquitito entre las montañas, rodeado por un bosque de pinos nevados y con vistas de montañas totalmente nevadas.

Nos habíamos alojado en el único hotel que tenía ese diminuto pueblo. Las chimeneas estaban siempre encendidas a causa del frío. Mientras paseábamos por las calles me fijé en la vestimenta típica de este lugar hasta que de repente unos cuantos hombres aparecieron con armas en mano, Tatsuya se quedó congelado al ver aquello. Eran saqueadores, ladrones... Muchos les daban todo lo que tenía para no salir heridos, por los murmullos que escuchaba, al parecer venían cada semana a "recaudar" dinero.

De repente un hombre más alto que yo susurro a una mujer al lado suya algo que me llamó bastante la atención.

— Ojalá Goku estuviera aquí... — Al oír el nombre de mi padre no pude más que sentir curiosidad si ellos eran amigos de mi padre.

— Disculpa... ¿Dijiste Goku? ¿Son Goku? — El hombre parecía extrañado ante mi repentina pregunta pero afirmó con la cabeza.

— ¿Lo conoces? — Tanto él como varios que nos habían escuchado estaban atentos a mi respuesta.

— Él... Es mi padre. — Al oír mi respuesta todos se sorprendieron.

Los "recaudadores" parecían extrañados por el alboroto que se acaba de formar a mi alrededor. Todos ellos conocían a mi padre por lo tanto su asombro no faltó.

Los "recaudadores" se acercaron a mi al ver que todos me miraban, la multitud se puso nerviosa.

— ¿Quién eres tú mocosa? No te había visto antes por aquí, ni a él tampoco. — Señaló a Tatsuya el cual se encontraba a mi lado preocupado.

— Estamos de visita por este pueblo. — Dije la verdad, no me servía de nada mentir.

— Ahh entonces deberás pagar un pago especial, por estar visitando este lugar. — Dijo aquello con una sonrisa burlona mientras que los demás al igual que él sonreían.

— No quiero. — Al decir esto la ceja de este tipo se arqueó.

— ¿No quieres? Entonces estás en problemas chica, por qué por este lugar mandamos nosotros. —

— ¿Y? — Todos ellos parecían sorprendidos ante mi actitud de no darle importancia a sus palabras.

— Niña, realmente quieres morir eh... —

— No le tengo miedo a unos inútiles como vosotros. —

Al decir esto apuntaron su arma a mi, dispararon todos ellos pero por su mala suerte, las atrapé todas ellas.

Abrí mi mano y dejé caer todas las balas que me habían disparado, ellos parecían incrédulos, los habitantes del pueblo parecían sorprendidos y Tatsuya... Quería que terminara ya con esto.

Ataque con mi ki, destruyendo sus armas en mil pedazos. Estos parecían sorprendidos...

— ¡TÚ! ¡NO SABES CON QUIENES TE ESTAS METIENDO! — Dijo uno de ellos.

— Te equivocas, sois vosotros que no sabéis de lo que soy capaz. — Noqueé a cada uno de ellos excepto a uno. — Ve y dile a tu líder que si quiere venganza que me busque, lo estaré esperando. — Este salió corriendo más rápido que como llegó.

En cuanto se fue todos ellos se acercaron a mi y me agradecieron.

— Se nota que eres la hija de Goku, eres súper fuerte. — Al oír aquello me sonrojé un poco.

— Me llamó Octavio, soy un viejo amigo de tu padre. — Cuando hoy su nombre recordé la historia que mi padre me contó de cuando era niño.

— ¡Ahh con que tú eres aquél robot androide amigo de mi padre! — Me acerqué a él corriendo mientras me presentaba. — Mi nombre es Son Goiri, mucho gusto. —

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