Capítulo 25

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Aquella noche al final dormí con el pijama que mi madre había metido en la maleta para mí, mi padre se fue después de dejarme en la habitación.

Cuando Tatsuya me vio con el otro pijama se sonrojó, después de unos minutos nos fuimos a dormir. Tarde una hora en poder dormirme.

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A la mañana siguiente me desperté un poco tarde, bueno casi para la hora de comer.

Me levanté de la cama mientras me dirigía al salón, vi a mi pareja estar en el sofá con su teléfono en mano, al entrar en la habitación este notó mi presencia.

— Buenos días bella durmiente. — Dijo mientras sonreía.

— Buenos días... — Estaba todavía algo adormilada.

— ¿Cómo es que has dormido tanto? — Parecía extrañado por ello, y bueno, normal, había dormido más de 10 horas cuando normalmente duermo 7 u 8.

— Es por la energía que gasté ayer durante la pelea, quedé bastante agotada por eso dormí bastante. — Dije mientras me tocaba la barriga ya que me estaba empezando a sonar.

— Pediré que te traigan ya la comida, después de todo queda una hora para comer. — Dijo mientras cogía el teléfono fijo de la habitación del hotel.

— Sí por favor, y que traigan como para veinte personas. Los saiyajins comemos bastante. — Solté mientras bostezaba.

Este último dato ya lo sabía él pues este había visto a mi padre, al señor Vegetta y a los demás comer.

Una vez que pidió la comida se sentó a mi lado en el sofá y me miró fijamente.

— ¿Qué? —

— ¿Qué ataque te ha dejado tan agotada y casi desnuda? Es que hasta ahora no había visto ninguno igual. — Normal su duda pues él me había visto lanzar ki por mis manos, y no por otra parte.

— Es un ataque que saca todo el ki de tu cuerpo, por lo que sale por todas partes, y no sólo las manos. Pero este ataque tiene un defecto. — Lo miré fijamente en ese momento. — Si sacas por completo todo tu ki de tu cuerpo mueres. — Al decir esto último este abrió los ojos como platos.

— ¡¿Qué?! — Este se encontraba completamente perplejo.  — ¡¿Mueres?! —

— Ya sabes que todos los seres vivos tienen ki, por lo que si dejan de tenerlo moriría. Este ataque saca todo tu ki, pero si mantienes un porcentaje en tu cuerpo no pasa nada, con descanso y comida recuperas toda tu fuerza y ki que utilizaste. — Dije para quitarle peso al asunto.

— Osea... Me estás diciendo que si no hubieras controlado bien tu ki y hubieras expulsado todo... Habrías muerto. — Dijo en seco.

— Si. —

— No lo vuelvas a hacer. —

— ¿Eh? —

— No quiero que utilices ese ataque de nuevo, de solo pensar que podrías haber muerto me hubiera dado algo. —

— Estaba mi padre, por lo que sabía que no pasaría nada. Tranquilo. —

— Solo, prométemelo. —

— Está bien, no usaré ningún ataque en el que ponga mi vida en juego. ¿Bien? —

— Si, un poco más tranquilo. — Me abrazó con fuerza, podía notar su respiración entrecortada, al parecer esto le había sorprendido demasiado.

El resto del día lo pasamos visitando los lugares de aquél sitio, había muchas tiendas de recuerdos, de figuras, de camisas... Básicamente compre algunas cosas para mi familia de recuerdo.

Por la zona en la que ocurrió la pelea había reunidas muchas personas, estaban investigando que había ocurrido allí. Muchos teorizaron que habría sido un meteorito, pero otros refutaban esa teoría, diciendo que entonces el meteorito tendría que estar allí y no lo estaba.

Las teorías locas no dejaban de salir, alguno dijo que podría ser una bomba puesta por alguien o una mina que alguien pisaría y bueno...

Mientras todas estas teorías locas salían mi novia me miraba de reojo mientras yo desviaba la mirada hacia el lado contrario donde él se encontraba.

— Fue tu ataque, verdad. — Dijo él de brazos cruzados.

— Eh... Si. — Él miraba fijamente aquél boquete en el suelo. Después de unos segundos suspiró y sonrió. — Supongo que esto se me está haciendo normal de ver. — Al oírle decir eso lo miré perpleja, pero a los segundos sonreí.

— Si no hacía ese ataque... de seguro que la pelea se hubiera alargado y algo peor hubiera sucedido. Siempre pasa algo así cuando mi padre deja que el enemigo se vuelva más fuerte para así poder divertirse él en la pelea. — Tatsuya parecía conocer ya está manía de mi padre, este se veía muy calmado.

— Hiciste la mejor decisión, pero sigo pensando que no deberías volver a hacer eso. — Lo abracé del brazo mientras lo alejaba de allí.

— Será mejor que nos vayamos de aquí, ¡sigamos divirtiéndonos Tatsuya! — Él al ver que tenía su brazo bien pegado a mi se sonrojó y se dejó arrastrar por mi.

Fuimos por la playa, por algunos bares y tiendas, estuvimos disfrutando del día hasta que la noche llegó. Me encontraba dentro de la bañera (tina), tenía sales de baño de lavanda.

Me encontraba tan descansada dentro, podía notar como todo mi cansancio se iba, mi cuerpo se relajaba más y más, cuando Tatsuya me llamó desde la puerta, le dije que podía entrar... Estaba tan relajada que no me di cuenta de lo que dije...

Él entró al baño, nada más poner su vista al frente me vió en remojo, el sonrojó se formó en su rostro, sus ojos se dilataron y su respiración se había entrecortado.

— Go-Goi... ¿Goiri? — Al oír su voz dirigí mi mirada a él.

— ¿Ocurre algo Tatsuya? — Al ver que este empezó a señalarme mientras su rostro estaba visiblemente sonrojado me miré... Fue entonces cuando me di cuenta de todo. — .... —

— Yo... Saldré... — Este iba caminando hacia atrás pero de repente se dio contra la puerta al girar demasiado rápido, iba a caer de espaldas por lo que al ver eso me moví lo más rápido que pude y lo agarré, él acabó sobre mi regazo, sus ojos miraban los míos al igual que yo no dejaba de ver los suyos...

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