Capítulo 5

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Era feliz, me divertía bastante con mi familia tanto que no quería volver, pero debía ya que aún seguían siendo mi familia adoptiva. Le envié un mensaje a mi madre adoptiva diciendo que cenaría con mi familia, así que llegaría tarde a casa. Guardé mi teléfono, no me interesaba si me llegaba un mensaje, en estos momentos solo quería relajarme con ellos.


Después de la cena, la cual había sido impresionante ya que había un montón de comida... Era cierto que la raza saiyajin comíamos mucho más que los humanos. Cuando se hizo ya demasiado tarde era la hora de volver a casa.

— Debo irme, mañana tengo que madrugar para ir a clase. — dije mientras me levantaba del sofá.

— Si, es cierto. — Mi madre se levantó junto a mi. — Espera un momento, te daré algo. — Se fue un momento hacia su habitación mientras que mi padre y mi hermano Goten se acercaban a mi. Mi padre me entregó la esfera del dragón de 4 estrellas.

— Quédatela, siempre mantenemos en nuestra familia esta esfera así que llévatela contigo. — Dijo mientras sonreía.

— Si, la cuidaré mucho. — Dije mientras la guardaba en la mochila.

— Por cierto... ¿Por qué no se queda Seiya con la nube voladora? — dijo Goten mientras miraba a nuestro padre.

— ¡Es cierto! Puedes llevártela ya que yo y tus hermanos volamos. —

— ¿Y mamá? —

— Tu madre no puede subirse a la nube voladora, esta nube solo deja subirse a los que son puros de corazón. Yo y tus hermanos si que se han podido subir pero ella desde pequeña nunca pudo. — dijo mientras recordaba las caídas. — ¡NUBE VOLADORA! — Me sorprendí, a los pocos segundos apareció una nube amarilla desde el cielo. — Intenta subir. — Intenté subir a la nube, cuando ya estaba arriba me sorprendí por lo cómoda que era. Cuando me acomodé en la nube nuestra madre llegó con un colgante.

— Este es un collar que recibí de mi madre, quiero que te lo quedes tú Seiya. — Dijo mientras me lo ponía alrededor del cuello.

— ¡Gracias! Por el collar, la nube y la esfera del dragón. — Dije mientras les sonreía.

— Por favor, ven a visitarnos a menudo Seiya. — Dijo mientras me abrazaba bien fuerte.

— ¡Si, vendré! —

Después de eso me despedí y la nube empezó a moverse con rapidez, todo estaba oscuro, no se podía ver nada... Aún así tenía GPS en mi teléfono por lo que podía guiar a la nube, mientras me dirigía al lugar que había sido mi casa en los últimos años pensé en lo que mi padre me había dicho sobre la raza saiyajin. Si es cierto que nos convertimos en un mono gigante que destruye todo a su paso cada vez que miramos la luna llena lo mejor era quitar el problema de raiz.

Al llegar a mi casa vi que mi madre y mi hermano estaban esperando en el porche de la casa, al verme llegar en una nube amarilla se quedaron sorprendidos. Bajé de la nube y me despedí de ella, esta se fue volando hasta desaparecer en el oscuro cielo.

— ¡¿Por qué llegas tan tarde?! — Mi madre se acercó a mi molesta.

— Te avisé de que cenaría allí. — 

— Aún así, llegaste muy tarde Seiya. — Mi hermano veía todo desde atrás de mi madre, seguramente la estuvo tranquilizando.

— Increíble, me estás regañando por haber salido tarde de estar con mi familia biológica. Para que lo sepas, ellos viven en el montaña Paoz, si tardo no es mi culpa. — Dejé a mi madre ahí mientras pasaba hacia dentro de la casa.

— ¡¿En la montaña Paoz?! — Este parecía sorprendido de que ellos vivieran tan lejos.

— Si, por eso llegué tan tarde. Ellos viven lejos. — Subí las escaleras y fui directa hacia mi habitación, cerré con pestillo y seguido suspiré.

Saqué de mi mochila la esfera del dragón y me quedé mirándola fijamente, después de ver una nube amarilla que te puede llevar a donde quieras... Ya no necesito sacarme el carnet de un jet ni nada por el estilo, con tener a la nube me bastaba además mi padre me enseñaría a volar por lo que no necesitaría nada.

Mientras miraba la esfera del dragón recordaba la historia que me había contado mi padre, al parecer mi padre había estado con esta esfera desde que era muy pequeño. La esfera dada por su abuelo adoptivo y la cual hizo que empezara su aventura...

Busqué por mi habitación un lugar para poder dejar la esfera del dragón, al ver una pequeña cesta con un cojín que había recibido hace tiempo decidí sacarle un poco de relleno al cojín para poder adaptarlo a la esfera. Una vez hecho esto saqué las tareas de mi mochila para poder hacerlas, me habían mandado algunas y como estuve toda la tarde con mi familia no pude hacerlos.

Al terminar me acosté en mi cama, mañana me levantaría con bastante sueño. Mientras intentaba dormirme me acordé de mi cola, me levanté de nuevo y me miré al espejo. Por lo que me dijo mi padre solo habría que arrancarla pero... No creo que yo pueda hacerlo... Mejor luego le pido ayuda a Gohan, el quería invitarme mañana a tomar algo con su familia.

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Las clases habían terminado, la verdad hoy fue un día agitado ya que después de todo, me vieron llegar hoy en una nube amarilla que volaba. Fui el centro de atención durante todo el día aunque me dio igual. Al salir de clases Rei me detuvo, parecía algo preocupado.

— ¿A donde vas hoy? Ni siquiera quisiste venir conmigo hoy en el coche. ¿Qué te ocurre Seiya? — Este me miró como si estuviera siendo lastimado.

— Aún estoy enfadada con vosotros por lo que hicieron, y adonde voy no es algo que te incumba Rei. — Dije enfadada.

— Entiendo que estés enfadada por aquello pero me incumbe donde vas, eres mi hermana pequeña. — Dijo molesto y lastimado por las palabras que le había dicho.

— Me pregunto... Si en verdad estoy reemplazando a tu hermana fallecida, que solo me estéis utilizando de reemplazo. — Al decir esto Rei golpeó mi mejilla, este estaba bastante molesto por lo que yo había dicho.

— ¡No vuelvas a decir eso Seiya! — Él nunca me había golpeado, realmente mi familia adoptiva... Desde que supieron que mi familia biológica está viva y los he conocido están muy extraños. Pero no solo eso, yo... No quería verlos ahora. 

Salí corriendo de allí, al verme correr Rei este me siguió, cuando llegué a la entrada del instituto vi a Gohan el cual estaba mirando su reloj. Cuando estaba cerca de llegar a él este se dio cuenta de mi presencia, al ver que estaba siendo perseguida este se extrañó. Al llegar donde estaba él me escondí detrás suya.

— ¡No te escondas detrás de este hombre Seiya! — dijo molesto.

— Este hombre es mi verdadero hermano mayor. — dije igual de molesta.

SeiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora