A la mañana siguiente en mi camino al instituto mi hermano me seguía de cerca, todos se preguntaban por qué de repente se veía tan triste en cambio yo solo ignoraba todo. Mi hermano Rei era bastante popular por lo que yo era la hermana impopular.
Fue un día agotador por que entre clases esquivaba a mi hermano y en el descanso para el almuerzo también. Cuando por fin era hora de irse reconocí a cierto hombre en la salida del instituto.
— ¿Es el señor Goku?... Quiero decir mi padre. — Este al notar mi presencia posó su mirada en mi, al notar que había sido vista me acerqué a él bajo la mirada extrañada de mi hermano Rei. — ¿Qué haces aquí? — Pregunté extrañada al verle.
— Tu madre me ha mandado a buscarte, quiere verte. — dijo mientras sonreía. — Pero antes pasémonos a comprar algunas cosas. — Me mostró una lista de la compra bastante larga por lo que supuse que iríamos cargados a casa.
— ¿Por donde está la casa? — Dije curiosa.
— En la montaña Paoz. — Dijo mientras empezábamos a andar por la calle. Mi hermano Rei vio como me alejaba con aquél desconocido (para él), estaba extrañado. ¿Quién era y porqué había aceptado a irme con él?
Mientras caminábamos busqué por internet donde se encontraba la montaña Paoz, al encontrarla me sorprendí pues se encontraba bastante lejos de aquí, incluso con un jet privado tardarías horas en llegar.
Me encontraba nerviosa, aún no nos habíamos alejado lo bastante del instituto por lo que muchas personas aún nos veían juntos. Muchas personas que eran cercanos a mi hermano se preguntaban quien era el hombre que iba conmigo.
— ¿No será mejor que nos demos prisa? — dije mientras tenía la mirada en el suelo.
— Oh, supongo que si. Sino Chichi me mataría por tardar en llegar... — Este me alzó en brazos bajo la mirada de todos incluido la de Rei el cual no dejaba de vernos. — Vámonos. — Este empezó a volar, la mirada incrédula de todos los que estaban allí era increíble. Mi hermano Rei el cuál ya había visto a mi hermano Goten volar, ver a un hombre desconocido hacerlo le haría pensar que si era un familiar mío. Mientras volábamos me aferré a mi padre para no caerme, este sonrió al notar que me había aferrado a él. — ¿Tienes miedo? ¿Voy demasiado rápido? —
— Volar es algo a lo que no estoy acostumbrada, fue ayer y me agarraba fuertemente a Goten... — dije mientras suspiraba seguido de una media sonrisa.
— Si entrenas podrás volar tu también. — Dijo mientras sonreía. Al oír eso me sorprendí... ¿Podía yo también volar? — Goten me dijo que podía volar por que él podía manejar el ki. —
— ¡Oh! Con que ya te ha explicado. —
— Si, me explicó que era pero no sé como se hace. —
— Tranquila, yo mismo puedo entrenarte. — Parecía bastante contento mientras decía aquello, yo sonreí al verle a él sonreír, aunque también solo esperaba que fuera paciente conmigo. Por lo que tengo entendido se necesita saber artes marciales y yo... No sé, puede que tenga más resistencia que muchas personas y que me sepa mover por los bosques pero... Eso no significa que sepa utilizar aquella energía llamada ki.
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Después de hacer la compra en vez de ir volando nos teletransportamos, fue algo increíble, hace unos momentos nos encontrábamos en el mercado y ahora estábamos en mitad del campo, se podía ver la montaña Paoz la cual había visto por fotos.
— Vamos Seiya. — Al oír como me llamaba por ese nombre me sorprendí, pues hasta ahora casi todos me llamaban Goiri.
— Si. — Seguí a mi padre hasta la casa que había detrás nuestra. Nada más abrir la puerta de la casa...
— ¡Ya estamos aquí! — Al entrar detrás de él vi como una mujer con el cabello negro. Esta parecía estar agitada, miraba fijamente a mi padre fijamente como si estuviera esperando una respuesta. — Está aquí. — Se apartó dejándome a mi a la vista. Cuando los ojos de la mujer se posaron en mi, pude ver como poco a poco su rostro iba cambiando su expresión. Vi como sus lágrimas empezaron a salir de sus ojos mientras me miraba fijamente. — Seiya, ella es mi esposa osea tu madre. Su nombre es Chichi. —
— Encantada... — Lo dije algo nerviosa. A los segundos de yo decir eso ella se acercó corriendo hacia mi para abrazarme. Al sentir su abrazo sentí una sensación cálida, correspondí su abrazo pues podía entender perfectamente sus sentimientos. Aunque yo no recordaba nada sabía, tenía la intuición de que ahora si, podría estar tranquila.
— Mi niña... Mi niña ha vuelto. — Mientras decía aquellas palabras sus lágrimas seguían rodando por su mejilla, su voz era algo entrecortada por su lloro pero no importaba pues en ese momento yo me sentía bastante empática, por lo que mis lágrimas también empezaron a correr por mis mejillas.
Goten apareció por el pasillo, al ver aquella escena se acercó a nuestro padre para ayudarle con la compra. Después de que el abrazo se terminara las dos nos limpiamos las lágrimas, ella me atrajo hacia el sofá y me pidió que le contara sobre como era mi vida, además, ya le habían dicho de que me llamaba Seiya, o al menos ese era el nombre por el cual reaccionaba.
Le conté un poco de mi vida pero no quise decirles nada sobre lo que había hecho mi familia adoptiva. No quería crear una enemistad en estos momentos, pero tampoco quería mentirles así que con decirle que ellos me encontraron y me cuidaron como a su hija estaría bien. Mientras pasaba tiempo con ellos mi madre y mi padre me contaban cosas sobre nuestra familia, sobre la raza saiyajin, sobre varios acontecimientos ocurridos... Me sorprendí bastante que fue mi hermano Gohan quien derrotó a Cell por ejemplo, que fue mi padre quien derrotó a un villano que nadie recuerda por que nos borraron los recuerdos gracias a unas esferas del dragón...
Algo... Surrealista, tendría que verlo primero para creerlo.
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Seiya
FanfictionNuestra prota Seiya sabía que era diferente pero no sabía que iba a ser tanto.