Capítulo 24

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No pasó ni un minuto, es más, tardo 20 segundos en llegar. Al aparecer este me sonrió y no dejaba de buscar con la mirada a aquella cosa hasta que la vio, no tardo ni un segundo en acercarse a esa cosa para hablar con él.

— Hola, ¿Quién eres tú? — Dijo nada más apareciendo delante de aquella cosa. — ¿Eres fuerte? ¿Como te llamas? Tu apariencia es extraña... — De repente mi padre fue golpeado en un momento de distracción, él sonrió al ver que aquella criatura no había venido con buenas intenciones.

Mi padre se sacudió el polvo mientras que se levantaba del suelo, parecía emocionado, solo esperaba que diera todo de él desde el principio y no empezara a jugar como siempre... Aunque sabía de algún modo que eso no iba a ser posible.

Aquella criatura viscosa le tiró un tipo de líquido a mi padre pero él lo esquivo, al ver que ese líquido derretía todo lo que tocaba mi padre tragó saliva.

Mi padre debía pelear sin llegar a tocarlo, por lo que los ataques a distancia era la mejor respuesta.

Cuando mi padre lo atacó con un kame hame ha este usó un ataque también a distancia, pero a falta de suerte de aquella cosa, mi padre tenía un poder aún mayor, la pena era... "¡QUE ESTABA JUGANDO DE NUEVO!"

Esto era el colmo, salí de donde estaba escondida y me quedé mirándole fijamente.

— ¡No estás aquí para jugar papá! — Al oírme regañándole este rió en bajo y potenció su ataque llegándole a alcanzar. Era como si hubiera explotado pero los trozos de él seguían movíendose y se iba reuniendo entre sí.

— Ohh, está va a ser una batalla entretenida. — Dijo mientras se emocionaba. Después de verle así empecé a lanzarlo a las masas viscosas, viendo como reaccionaba.

Al hacer aquello eliminaba toda la materia, pero claro debía ser constante y así asegurarme. Mi padre al verme hacer aquello quería detenerme pero en cuanto lo miré con una mirada despectiva, se paró en seco y supuso que no podría ganarme en este debate.

Me ayudó a eliminar a este sujeto, si su ki seguía constante eso significaría que aún seguía vivo. Cuando eliminamos todos los trozos de masas viscosas

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— Se supone que ya hemos eliminado toda la masa, pero sigo sintiendo su ki... — Estaba de brazos cruzados buscando todo rastro de aquella masa.

— Que pena, tendré que buscarlo y luchar con él. — Dijo mientras buscaba el lugar de donde provenía el ki.

— Antes de eso, uso cierta técnica. — Mi padre se extrañó de repente empecé a expulsar mi ki por todos lados, mi ki iría destruyendo todo alrededor, tanto por abajo como por arriba. Sería una técnica parecida a la que usó el señor Vegetta contra Buu una vez, pero claro, sin lo de morir.

Mi padre salió volando al notar la explosión de ki, se quedó viendo desde el cielo todo el ki que estaba expulsando.

— Ese ataque... ¿Donde lo habrá aprendido? — Dijo mientras observaba atentamente. — Me he quedado sin combate. — Suspiró mientras seguía observándome.

En cuanto dejé de expulsar ki me quedé de rodillas ante el suelo, mi padre se acercó volando lo más rápido que pudo y me ayudó a ponerme en pie.

— Parece ya no haber ningún rastro de su ki... — Dije mientras mi padre me cargaba en sus brazos.

— Si, estoy completamente seguro de que ya no hay ni rastro de él. — Dijo mientras empezaba a volar conmigo en brazos.

— ¿Por qué crees que ese sujeto llegaría a la Tierra? En el momento en que te vio no dudó en atacarte... ¿Y si alguien está intentando atacar de nuevo la Tierra? — Me aferré a mi padre ante esa idea.

— Es una posibilidad, pero no tienes que preocuparte. Yo siempre protegeré a la Tierra. — Él me sonreía de manera segura, al hacerlo me sentí más tranquila.

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Cuando llegamos al hotel en donde me hospedaba con Tatsuki este se encontraba en el balcón de mi habitación con mi nota en mano.

Al verme llegar junto con mi padre este se sorprendió y a la vez se preocupó por mi estado, pero al segundo se sonrojó al darse cuenta de cómo me encontraba.

Mi padre y yo no nos habíamos dado cuenta ya que no nos centramos en eso pero en el momento en que mi padre aterrizó en el balcón se extrañó por el comportamiento de este al igual que yo.

— ¿Pasa algo Tatsuya? — Dije extrañada mientras mi padre me dejaba en el suelo.

— ¿Te duele algo? — Mi padre lo miraba fijamente.

— ¡¿Po- Porqué estás desnuda?! — Al oír sus palabras miré mi cuerpo, había trozos de tela de mi ropa quedando sueltas, quemadas y rotas.

— ¡....! — Me tapé como pude con mis manos y con la poca tela que me quedaba. — Mi ataque debe haber destrozado mi ropa.

— ¿Estabas peleando con tu padre? —

— No, estábamos peleando con un enemigo viscoso que apareció de repente. Mi hija me llamó al notar su ki y me teletransporté hasta aquí. —

— Ya veo. —

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