2 meses habían pasado desde que estaba con mis padres, me había acostumbrado a vivir con ellos aunque todavía no recordaba mi infancia, habías algunas cosas que se me hacían familiares pero todavía conseguía recordar.
En el instituto me iba bien, tenía amigos y me iba bien en los estudios por lo que mi madre estaba contenta por mi. En estos momentos me encontraba en el centro comercial con mi madre, ella quería comprarme ropa por lo que las dos fuimos al centro comercial de la ciudad del oeste.
Estábamos dentro de una tienda, ella estaba poniendo las camisas delante mía para ver cual de todas ellas me quedarían mejor, toda aquella que me quedara bien me la colgaba en el brazo. Había acabado con 30 camisas colgadas de un brazo, 12 pantalones en el otro más 7 faldas y 9 vestidos.
Cuando salíamos de la tienda vi Rei junto con algunos amigos suyos populares, él al verme los dos nos quedamos por un segundo viéndonos pero pasado ese segundo quité la mirada y la centré en mi madre, ella iba caminando tan feliz con una de las tres bolsas en mano. Al solo dar tres pasos sentí que Rei se dirigía hacia nosotras pero de repente un disparo alertó a todo el mundo en el centro comercial, muchas personas estaban gritando mientras que otras se escondían. Había por lo menos 30 tipos y llevaba el logo de la patrulla rojo en su chaqueta.
— Goiri quédate atrás de mi. — Dijo mi madre mientras ella se quedaba por delante mía.
— Mamá... ¿Son de la patrulla roja? Esa organización que desmanteló papá de niño ¿no? — Dije mientras me quedaba viendo a todos los soldados correr con las armas en mano.
— Seiya... — Al oír como me llamaba mi ex hermano me quedé viéndole. — Tenéis que entrar de nuevo en la tienda... — Todos sus amigos estaban entrando en la tienda que anterior mente habíamos estado.
— Mamá ¿Qué hacemos? — Dije mientras la observaba.
— Debemos entrar... Además tus hermanos no están aquí, ni tampoco tu padre... — Me quedé viendo a todos los enemigos, estaban robando los teléfonos, monederos, joyas, todo objeto de valor que lleváramos encima.
Cuando se acercaron a la zona donde estábamos los dos agentes de la patrulla roja empezaron a recoger todo pero cuando le tocaba a mi madre dar sus pertenencias ella se negó. La estaban amenazando con el arma y ella se negaba, fue en ese momento en el que ella me miró de reojo, fue entonces que entendí. Solté las bolsas y rápidamente doble el arma de las dos personas que estaban hablando.
Ellos al ver lo que había hecho con sus armas se asustaron, al igual que las personas que estaban por alrededor, los amigos de Rei y él estaban sorprendidos por lo que había hecho. Seguido los noqueé rápidamente y los registré por si llevaban alguna otra arma.
— Bien hecho cariño, veo que el entrenamiento que estás haciendo con tu padre está dando sus frutos. — Dijo mientras sonreía. — Aunque aún te queda mucho para alcanzar a Goten y a Gohan. — Dijo mientras ponía su mano en mi hombro.
— Me seguiré esforzando mamá. — Dije mientras sonreía.
Agarré el audífono y el micro que llevaban encima para comunicarse y empecé a oír las conversaciones de como ejecutar el plan por lo que le dije a mi madre que no se moviera de allí, me acerqué rápidamente a la tienda de dos plantas más arriba para seguir derrotando a soldados de la patrulla roja al menos hasta que llegaran los refuerzos.
Gracias a que la mayoría de los soldados se encontraban abajo pude deshacerme fácilmente de los que se encontraban arriba. Los ataba y las personas que estuvieran por ahí se quedarían vigilando de que no se movieran.
Cuando empecé a bajar los pisos pude ver entre los soldados un niño regordete en bata de científico, él parecía ser el cabecilla de todo esto ya que recuerdo haberlo visto junto con Goten y Trunks.
Junto a él había una persona demasiado fuerte para mí por lo que esta vez no podría vencerle, mi padre se encontraba en casa por lo que si llegará a elevar mi ki él podría notarlo, el caso es que se diera cuenta de que no estoy entrenando ni nada por el estilo.
Decidí sacar mi teléfono y marcar al teléfono de mi padre, cuando él descolgó la llamada le conté la situación, él parecía ilusionado al ver que no se iba ha aburrir hoy. Al segundo noté por detrás mía una presencia, al hacerlo vi a mi padre daludándome con el teléfono en mano.
— Bien Goiri cuéntame cuántos hay. — dijo mientras calentaba los músculos.
— La mayoría ya me he encargado de ellos pero al que te tienes que enfrentar es al único que no parece humano y al androide. — dije mientras le enseñaba una foto de ellos la cual había tomado anteriormente.
— Bien, yo me encargaré de ellos. — dijo sonriendo.
— Por cierto papá, por lo que me contó Goten y el señor Krilin, ellos han estado estudiando mucho la raza saiyajin, ten cuidado, aunque creo que no hace falta que te diga nada... —
— Por supuesto, no voy a perder. —
— Pues espero que tampoco empieces a jugar, sino mamá se impacientará. — Me crucé los brazos y alcé la ceja mientras lo observaba fijamente.
En poco tiempo había aprendido en como piensa mi padre. Él solo tenía en mente las peleas, pero no porque fuera alguien que le gusta meterse en problemas sino por qué le encantaba tener combates ya que lo llevaba en sus venas al ser saiyajin, él no piensa en nada malo más bien le gusta ver sonreír a la gente por lo que acabé siempre dejándome arrastrar todas las veces que a él se le ocurría algo o cualquier otra cosa para esquivar a mamá.
Algunas veces me había llevado al planeta de un tal Kaio-sama para poder entrenar bajo una gravedad mayor al de la Tierra, por lo que el entrenamiento que él me había estado dando era bastante agotador.
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Seiya
FanfictionNuestra prota Seiya sabía que era diferente pero no sabía que iba a ser tanto.