Capítulo 37

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La tarde la pase con Zander y con las hijas de William a las seis, recibí la llamada de mi padre, la verdad me parece raro decirle de esa forma sabiendo que no lo es y que tal vez ni siquiera pueda conocer al verdadero. media hora después estaba bajando del taxi frente a la puerta de mi antigua casa, llevaba un traje completo y un abrigo largo y mi cabello agarrado con un broche, le avise a Zander que ya había llegado a casa y que después le llamaba cuando me fuera. La verdad me encontraba muy nerviosa por dos razones, pero sin duda la más importante era que faltaban veinticuatro horas para ir al hospital y que me hicieran la prueba de ADN.

Sin embargo, ahora estaba nerviosa porque cuando Sara abrió la puerta de la entrada le salude por el tiempo que no la había visto, el ambiente se sentía demasiado tenso, mi papa, bueno Allan estaba tomándose una copa de vino blanco en la sala cuando me vio su cara se iluminó y sin más corri para abrazarlo porque lo quisiera o no el ha sido mi papá desde que nací y eso no cambiaba mi relación con el, siempre me dio atención, amor y consejos que un padre hace, y estaria inmensamente agradecida por eso.

—¿Cómo ha estado la reina más hermosa? —pregunto cuando me rodeó con sus fuertes brazos mientras yo lo abrazaba de cuello.

—Hola, papá —le dio un beso en la mejilla —bien y ¿qué tal tu?

—Mejor ahora que veo a mi reina. —me sonrió exponiendo en su mirada el cariño que me tenía así que le sonreí de la misma forma.

—Te quiero, papá — en verdad lo hacía.

—No más que yo, cariño. — volví a abrazarlo y juntos caminamos hacia el comedor que ya está listo para la cena.

Las dos personas que supuestamente eran mis padres se tiraban miradas matadoras tratando de ocultarlo de mi, pero estaba más claro que el vino blanco que estábamos bebiendo. La comida llegó y traté de no llorar cuando en mi plato solo había ensalada que consiste en lechuga, zanahoria, tomate y trozos de pollo.

—Queremos decirte algo —rompió el silencio Julie y la mire con los ojos cristalizados —por cierto, pedí eso para ti porque te veo un poco más subida de peso.

Te odio, ¡te odio!,TE ODIO.

—¿Sobre qué? — pronuncie en un susurro tragando con dificultad sin dejar de ver mi plato.

—Nos regresamos a Nueva York —Dijo llevándose el tenedor a la boca.

—¿Como? ¿Cuando se van?— levanté la mirada hacia ella desorientada.

—No cariño, —me miro fingiendo su sonrisa para disimular el odio que me tiene —tu vendrás con nosotros.

¿QUE? ¡NO!

—Mi trabajo ya finalizó aquí y el de tu madre parece que tambien, asi que regresamos los tres, Puedes seguir tus clases halla. —me animó mi supuesto padre.

—No, yo me quiero quedar aquí, soy feliz aquí — hable desesperada —tengo amigos, las hijas de William me quieren mucho y yo a ellas. No me iré —dije con dureza—se pueden largar ustedes, pero yo me quedo.

—No te estoy preguntando,Violet—dijo Julie con dureza.

—Ni yo a ustedes —los mire a ambos con el enojo floreciendo en mi interior como nunca lo había sentido — soy mayor de edad y puedo tomar mis propias decisiones y si me quiero quedar me quedo porque yo lo digo.

—Violet ,—habló mi papá, pero lo interrumpi— hija, tu madre pensó que...

—¡Yo no soy tú... —no lo digas, tonta. se dará cuenta — su maldito juguete, me quedaré aquí y punto! y si no entienden eso pues muy ustedes, ya estoy grande para valerme por mi misma.

Violet  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora