Violet Martin toda su vida a vivido en una mentira. Desde pequeña siempre ha buscado la aprobación y sobre todo el amor de madre que siempre le han negado. Su vida es una constante lucha para vivir fuera del infierno de su madre.
Tuvo un matrimoni...
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Desconocido (Lark)
Por fin la tengo para mí.
Después de años vuelvo a ver esos ojos azules como el cielo despejado, ese cabello sedoso y liso, su piel blanca y suave tal como la recordaba. Lo que siempre me va a gustar de ella en definitiva son esos labios hermosos y carnosos.
La situación en la que estaba metiéndome era grave, podría ir a la cárcel por secuestro, pero primero quería decirle la verdad de todo la mierda que le hice pasar cuando éramos niños, se que ella después de eso no volvió a ser igual.
La encerraron por tu culpa.
Mi conciencia tiene razón, pero no fui el por mi si no por órdenes. Ordenes de mi madre desesperada por buscar dinero para pagar los gastos del colegio porque mi padre apostó toda su fortuna y la perdió.
Años atrás
—Cariño, las cosas que harás serán fáciles —decía mi madre confirmando que mi uniforme estuviera impecable —Tienes que hacerle cosas a Violet sin que las maestras se den cuenta, de acuerdo.
—No quiero, mami, ella no tiene amigos porque siempre la molesto con mis amigos y ella está siempre sola, ¿por que tengo que pegarle?
—Mi amor, entiende que no tenemos de otra, necesitamos el dinero para comer y pasar los gastos de la casa en lo que tu padre arregla el problema.
—Ella lloró mucho cuando le rompí sus libretas o le pegó chicles en el uniforme junto con Dan. No le quiero pegar a alguien que está triste, no se le pega a una mujer, el abuelo me lo dijo.
—Cariño —a mi mama se le cristalizaron los ojos y me abrazó con fuerza —pronto lo dejaras de hacer, lo prometo.
Meses después
—La lastimé muy fuerte, papá —lloré en sus brazos — su cabeza estaba sangrando mucho y cerró sus ojos y no los abría, la lastime y eso no se hace, el abuelo estará decepcionado de mi.
—¿Por qué haces eso? ¿desde cuando? —preguntó cauteloso tratando de calmar mi llanto.
—Mi mama dice si lo hago ella tendrá dinero para los gastos de la casa, desde hace mucho tiempo y ya no quiero, papi, ella se ve muy triste siempre, sus ojos azules ya no brillan como el primer día de clases.
—Ya no tienes que hacerlo, hijo —tomó mi cara entre sus manos para que lo mirara — hablaré con tu madre y si ella mañana está bien puedes pedirle disculpas y llevarle una rosa.
—¿Le puedo prometer que no la lastimaré de nuevo?
—Lo puedes hacer, claro que sí.
Al día siguiente llevaba una rosa blanca para pedirle disculpas y hacerle la promesa que nunca mas le haria daño aun asi mi mama se enojara conmigo, pero ella nunca cruzó la puerta de aquel salón de clases, no volví a ver su pelo oxigenado y esos ojos azules como el cielo despejado. Por una semana estuve llevando una rosa blanca hasta que mi maestra de matemáticas se atrevió a preguntar para quién era le dije que para Violet y entonces todo acabó para mí, ella nunca regresaría a clases y jamás le pediría disculpas.