2.10. Judas.

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El destino tenía sus maneras de actuar misteriosas y bastante curiosas

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El destino tenía sus maneras de actuar misteriosas y bastante curiosas. Era eso o Tzuyu podía empezar a arrepentirse, profundamente, de su horario de clases porque le era inevitable sentirse alerta cuando se acercaba la hora de la clase de historia. Se apoyó con su brazo sano en la pared mientras rascaba, por nervios, debajo de la muñequera y luego aprovechaba de acomodar la misma. El reloj en frente suyo no dejaba de moverse, tampoco la gente a su alrededor, mientras ella estaba ahí, quieta y en movimiento.

Ella debería estar reposando en casa, pero como la lesión no afectaba su movilidad del todo, le había parecido mejor idea venir a la escuela. Su maldito impulso le había condenado hace mucho tiempo. En la actualidad, no sería la excepción.

Para intentar distraerse, llevo su mente al momento con su mamá, mientras le preguntaba cómo se había hecho la lesión en el brazo. No había sido fácil, pero con un poco de apoyo de Chaeyoung, había logrado convencerla que se había caído en las gradas del gimnasio, y que para amortiguar su caída, puso su brazo por delante con la mala suerte de que no lo hizo bien y ahora tenía poca movilidad en su mano izquierda. Chaeyoung entraba en la historia siendo ella quien la encontró, cuando en realidad le había llamado después de estar segura que Sana no hubiera regresado. Tenía la seguridad de que su madre, Jihyo, le había creído, pero era difícil que se le escapará algo siendo la directora. Ahora más que nunca, y después del incidente de la rata en su espacio, si no le decía algo  era más porque ser la hija de la directora la ponía en una situación difícil. Conociendo a más de alguno, nadie le daría su testimonio a su favor después de las situaciones pasadas con Sana y Minju, no era persona grata ante todos y podría quedar como la hija mimada que solo quiere joder a los demás por diversión, si es que no tenía esa imagen ya. Y bien lo decían por ahí "no aclares que oscureces".

Tzuyu se perdió tanto en sus pensamientos que, el sonido de la campana, la saco de su mundo. Pocas, pero algunas personas entraban al misma aula que debía entrar ella también. Sin embargo, tal parecía que la orden tenía alguna especie de retraso como para llegar a donde debía. Por alguna razón que no comprendía, se mantenía parada ahí en el pasillo. Era plenamente consciente que debía entrar al aula, pero a la vez su cuerpo quería estar en ese lugar. De esas pequeñas contradicciones entre el cuerpo y la mente.

Era de esperarse que entré más tiempo pasará ahí, debatiendo entre lo que debía hacer y lo que no haría, el tiempo pasaría sin perdonarle. Fueron los pasos aproximándose por su espalda lo que confirmaron lo anterior. Podía llamarsele ansiedad o presentimiento, pero el caso era que Tzuyu sabía de quiénes se trataba con sólo escuchar. Particularmente, sabía quién estaba entre esos pasos. Por el rabillo del ojo observó primero a Dahyun entrando con prisa al salón, luego le seguía Momo llevando un paso más tranquilo y desinteresado, incluso pareciendo perezoso. Fue esta quien la miro al darse cuenta de su presencia y le guiño el ojo en conjunto con una sonrisa de burla. A Tzuyu no le importó mucho en ese momento, su atención rápidamente fue captada por Sana. La chica que terminaba por completar al trío de amigas, caminaba con seguridad, una mano en la correa de su mochila y mirando al frente en todo momento. Esto último no sería tan relevante de no ser porque era imposible que no se percatara de su presencia ahí o eso quería creer Tzuyu, después de todo lo pasado entre ambas. Sin nada más que perder, entró sin muchas ganas.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2023 ⏰

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