Cuando Tzuyu conoce a una chica con cabellos de un color poco usual, considera que su primer encuentro no pudo ser más inesperado de la forma en que sucedió, si se lo preguntarán.
Un asesinato cambia el presente en la vida Tzuyu para mal. Y el miste...
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Había dormido mal, de eso no tenía duda porque al estirar su cuerpo había notado varios músculos adoloridos al moverse. Además, ese dolor punzante en su espalda baja como si fuera una apuñalada.
Abrió sus párpados rápidamente y tenía tres pares de ojos observándola atentos a cada uno de sus movimientos. Entendía la presencia de Dahyun y Sana, pero no la de Yerim en su casa.
- ¿Qué ha pasado? - intentó levantarse aunque el dolor se lo impidió - Maldición.
- Hazlo tranquila. - Sana le ofreció su mano y la aceptó sin pensárselo mucho - Respondiendo a tu pregunta, todo se encuentra solucionado o algo así.
- ¿Dónde está, Irene?
- Mi madre está por ahí. - habló Yeri y señaló detrás de ellas donde Momo estaba parada al lado de la mayor - Tzuyu...
- ¿Qué me hizo? - interrumpió sin querer saber algo más de esa familia, llevó su mano al área de su molestia y cuando la regreso al frente en sus dedos había sangre pegajosa - Eso no se ve bien.
- Básicamente, te apuñaló por la espalda. - explicó la pelirosa con simpleza y un poco de mofa.
- Eso tiene más sentido que preocuparme por ya no tener un riñón conmigo. - dijo Tzuyu.
A la única que fue capaz de hacer sonreír fue a Sana ya que Dahyun solo atinó a suspirar con cansancio y Yeri se mantenía al margen después de no haberla dejado explicarse. Tzuyu sentía una ligera presión en su pecho con la última chica después de saber su parentesco con Irene y por todo lo que le había hecho la bruja en ese período corto de tiempo. Una sensación de preocupación invadió su mente y en un primer momento no supo por qué hasta que recordó el motivo de llegada a su casa.
- ¿Dónde están mis madres? - tuvo la intención de levantarse, pero fue frenada por el agarre, desde atrás, por parte de Sana, que la mantuvo sentada.
- Están arriba en una de las tantas habitaciones. - mascullo la mayor dirigiéndole una mirada muy aguda a la más alta.
La sangre de Tzuyu hirvio como agua sobre lava en ese momento. Si Sana hubiera aflojado su agarre quizás hubiera podido acercarse a Irene, pero la presión en sus hombros nunca disminuyó. Muchos hubieras que no existen.
- Agradecele que sigues viva. - dijo de mala gana la bruja mayor apuntando con su mentón a Sana - Si fuera por mí no la cuentas.
- Yo te juro que si algo les pasa, haré que te arrepientas de haberme dejado vivir.
Las manos cerca de su cuello apretaron la parte tensa de su cuerpo hecho que no le estaba ayudando mucho a concentrarse.
- Calma, cachorrita. - Sana susurró cerca de su oreja.
- No puedo. - murmuró sin dejar de observar a Irene desde su asiento - No lo voy a estar hasta tenerlas en frente de mí.
