Cuando Tzuyu conoce a una chica con cabellos de un color poco usual, considera que su primer encuentro no pudo ser más inesperado de la forma en que sucedió, si se lo preguntarán.
Un asesinato cambia el presente en la vida Tzuyu para mal. Y el miste...
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— ¿Qué les sucede? — habló la de pelo corto dejando sus cubiertos en la mesa — Tzuyu no ha tocado su cena y tú, no has hablado como de costumbre, Jihyo. — dijo esto último Jeongyeon señalando a su esposa.
Tzuyu había querido disimular su preocupación ante su otra madre, pero resultaba difícil. Después de hablar con su madre Jihyo, escondió su mochila de la vista común y la vació ahora sabiendo que necesitaría una nueva.
Luego de que hablará Jeongyeon, Jihyo y Tzuyu conectaron miradas sin hablar y en los ojos de la menor se podía leer la súplica hacia su progenitora. Jihyo imitó las acciones de su esposa mientras respiraba profundo para luego tomarse su tiempo mientras bebía un poco de su agua.
— Jeongyeon. — llamó la atención de su pareja suavemente — ¿Supiste lo de Kang Gogo?
Los párpados de Jeongyeon se separaron un poco por la sorpresa que sintió durante un breve instante por la pregunta de su esposa, dejando el primer sentimiento de lado, asintió con su cabeza.
— Pobre chica, no se merecía algo así.
— Estoy de acuerdo. — habló Jihyo con un suspiro — Jeon, algo le sucedió a nuestra hija menor.
Tzuyu se vio sorprendida por la rapidez con la que su madre se giro a verla, y literalmente, la escaneo con su mirada desde su asiento y ni eso fue suficiente ya que la mayor se levantó de su asiento para observarla mejor.
— ¿Qué tienes? ¿Tienes fiebre? ¿Te golpeaste? ¿Te duele algo? ¿Quieres tener la charla ahora mismo? — le tomó por las mejillas de su hija girando su rostro en todas direcciones — ¿Al fin te convertiste en licántropo?
— Nada de eso. — respondió con una mueca y quitó suavemente las manos de su madre — Mama, estoy bien... por el momento.
— ¿Estás segura?
— Sí.
— Entonces, no entiendo nada. — Jeongyeong miró a su esposa con el entrecejo arrugado.
— Creo que debes volver a sentarte, cariño.
Si bien era una escena rara de ver, la verdad es que, esa era la realidad de Tzuyu en los últimos años. Tenía la sospecha que su madre Jeongyeon la veía como una muñeca de porcelana y no por su belleza precisamente. Incluso su misma progenitora le había planteado la idea de estudiar fuera del pueblo. Una idea que era muy drástica que, con el apoyo de su otra madre, Tzuyu se había negado a hacer aunque Jeongyeon se mostrará preocupada con la idea. A diferencia de su hermana, Minju, quien había decidido estudiar afuera por voluntad propia y en el lugar que quería, no teniendo ninguna protesta por parte de su madre Jihyo.
