1.7.

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— Deberías decirle a Minju, ella puede ayudarte

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— Deberías decirle a Minju, ella puede ayudarte.

Tzuyu miró a Nayeon esperando ver algo en ella que delate la broma que le estaba haciendo, pero ese algo nunca llegó. Después de todo lo que le había dicho, realmente no esperaba esa sugerencia por su parte.

— No puedo e imagino que tu ya sabes la razón del por qué. — hizo una mueca con sus labios aunque en verdad había intentado que se formara una sonrisa — Aún es complicado y no por mi lado.

— ¿Minju aún no olvida lo de Chaeyeon? — preguntó Nayeon con genuina preocupación.

— Olvidar no está en el vocabulario de la familia. — mantenía su mano derecha en el volante mientras que en la otra apoyaba su mejilla — Una parte de mí la entiende, pero la otra, piensa que la distancia que interpuso entre nosotras es absurda.

— Si me hubiera pasado lo mismo que a ella, lo último que hubiera hecho sería alejarme de ustedes. — la mayor cruzo sus brazos a la altura de su pecho — Las hubiera hecho sufrir de tantas maneras.

— Eso me hace sentir tan bien. — no pudo evitar usar el sarcasmo.

— No es para hacerte sentir bien, pequeña Zhou. — Nayeon movió sus hombros mientras veía por la ventana — Pero realmente creo ella que podía ayudarte en algo.

No había pensado en esa posibilidad hasta que la mayor se la propuso, pero no le veía el caso a hacerlo. No era el momento adecuado para dar un paso si ni la misma Minju era capaz de saludarla aunque fuera a través de un medio electrónico, mucho menos veía la posibilidad de que su hermana fuera capaz de hacer algo por ella en persona. Tendría que pasar algo serio para ver a la mítica Yoo Minju de nuevo en la ciudad.

— Yo puedo ayudarte. — murmuró Nayeon y esto atrajo la atención de la conductora — Solo déjame desocuparme de todos los eventos de graduación de este año. — asintió con entusiasmo — Y creo que deberías darle pase al auto negro de atrás, lleva pegado a nosotras al menos tres cuadras.

— ¿Lo harías? — miro por el espejo retrovisor y notó los vidrios blindados del auto detrás, pero sin mucho más interés se movió con cuidado al carril lento dándole espacio para moverse — Gracias.

— Puedo hacerlo. — Nayeon movió su cabeza dándole énfasis a sus palabras de alguna forma y con emoción registró su bolsa hasta sacar una libreta y lápiz — La ventaja de trabajar en el club de periodismo es que sé dónde buscar. Dame el nombre de quien sea de tu interés.

Tzuyu desvío su vista del camino unos segundos para mirar con incredulidad a Nayeon quien por su parte rodó sus ojos ante el silencio de la menor.

— Vamos, pequeña Zhou. — dijo con cierta ansia ante el nombre que podría soltar.

— No estoy segura de que funcione.

— Si no me lo dices no lo sabrás. — golpeo la libreta con su lápiz marcando un ritmo aleatorio — Escucha, estamos cerca de mi casa por lo cual te queda un período muy corto de tiempo para pensarlo y mi oferta, que te estoy ofreciendo con toda la bondad y belleza que poseo, terminará cuando estaciones en la acera. — miró sus uñas con interés — Tu decisión.

GЯΣKΉΛ「 satzu 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora