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Había vuelto justo como se había ido: en un parpadeo

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Había vuelto justo como se había ido: en un parpadeo.

En un primer segundo tuvo que acostumbrarse a la luz del lugar por lo que restrego sus ojos y movió sus párpados un par de veces más. La iluminación de esa sub dimensión era diferente a la verdadera y se notaba. Ya no abrazaba a Irene y eso era bueno en cierta forma porque se ahorraba una posible situación incómoda entre ambas ahora que no tenían esa intimidad y privacidad de antes.

Miro a su alrededor para constatar que seguía en su sala de estar, Momo y Dahyun parecían hablar tranquilamente a un lado y no quiso entrometerse en su charla ya que sentía la necesidad de preguntar dónde estaba Sana. Yeri estaba ahí mirándola con recelo tanto a Irene como a ella. Sintió a alguien acercarse a ella y movió su cabeza para mirar en la misma dirección que venía la persona.

- Tus familiares están arriba, habitación principal. - su tono de voz era bajo y su cabeza estaba ligeramente gacha - Tienen una daga como la tuya en el pecho cada una, pero su tiempo límite era el primer rayo de sol al llegar el amanecer. - subió su mano y conjuro de una forma que daba la sensación que atraía algo - Listo, sólo debes sacar ambas dagas y ellas estarán bien mientras no te tardes mucho.

- ¿Por qué desaparecieron cuando estábamos en las escaleras?

- Una ilusión que conjure para sembrarte miedo puro. También eran mi garantía por si algo salía mal. - Irene respondió frotando sus brazos - Dios, suena mucho peor cuando lo digo. - negó con su cabeza y presionó sus párpados tensa - No puedo decir que no sabía lo que hacía, pero no podía detenerme. Quería arrasar con todo a como diera lugar y aún quiero hacerlo, pero ya no contra ti o personas de tu círculo social. Me has demostrado de primera mano que no eras culpable de lo que yo me había aferrado a creer para dar paz a mis demonios. Todo con mucha valentía al mantener tu postura aun llevando las de perder. Además, tienes buenas amigas que te ayudaron bastante en este, para nada, pequeño problema. - miró a su hija durante un breve momento - Quiero rectificar todo el daño que hice y por eso, estoy dispuesta a cumplir mi palabra al entregarme a la justicia según los cargos que se me acusen. - suspiró poniendo firmes sus hombros y su espalda recta para mirar a Tzuyu mientras acercaba su mano - Lamento con todo el peso de mi alma haber hecho lo de esta noche, Zhou Tzuyu.

Su mirada paso de Irene a la mano que le tendía y viceversa mientras encajaba las palabras en su mente. Luego de unos cinco segundos que parecieron años, su diestra se unió a la mano de la mayor y con un apretón firme por parte de ambas partes, dieron fin a todos los ataques de esa noche, sin importan de donde vinieran. Agitaron suavemente el agarre que mantenían y la mayor posó su mano libre sobre la unión para dar una suave caricia en la mano de la menor. El aire que se respiraba entre ellas dos ya no se hacía tenso y era un alivio para todas.

- Ve por ellas, Tzuyu. - indicó la mayor con cierta nostalgia.

No se lo tuvo que decir dos veces, cuando antes de lo normalmente esperado, Tzuyu se hubo librado del agarre y salió disparada hacia la segunda planta de su casa, tal como se lo había indicado la bruja mayor. Después de todo, eso por lo que había aguantado todo el dolor en esa noche. Giro con velocidad justo como había hecho antes y subió las escaleras a toda prisa, incluso saltándose un escalón para llegar más rápido. Lo positivo era que sus piernas habían respondido bien como para pasar ese mini obstáculo sin problemas.

GЯΣKΉΛ「 satzu 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora