Night lovers | taekook

chapter 33 | let's choose names

—Es normal arrepentirse —le había dicho Yoongi—. Verlo sufrir no es agradable y el arrepentimiento es debido a ello. Jimin y yo no tenemos planeado en procrear en lo que va del siglo, ya ha pasado por mucho. Puedo entenderte debido a ello.

Pero realmente Taehyung se preguntaba si aquello era cierto, si Yoongi podía entenderle.

El ver a Jungkook observarse minuciosamente el vientre con una mueca a través del espejo con moretones, le causaba molestia y le incomodaba. Porque directamente él había contribuido a ello.

No era él que pasaba por los malestares, incomodidades y dolores, pero le dolía.

Las cremas —cremas para heridas y golpes— fueron aplicadas con ayuda sobre el vientre de Jungkook, ambos callados. Era así desde hace unas semanas, desde que comenzó la pesadilla de estas últimas. Las manos de Taehyung rodean todo el vientre de Jungkook con caricias suaves en forma de masaje, el azabache apretando los ojos y labios, además de su espalda doliendo.

—Bebé, pórtate bien hoy ¿sí? —susurró Taehyung, con su rostro frente al estómago de Kook, tan bajo que le fue difícil al marcado poder escuchar. —No le causes dolor a tu papi, por favor.

Aquello, en vez de sonar como una orden, era más bien una súplica que salía profunda del pecho del vampiro. Había miedo presente en aquellas palabras incluso, indirectamente todo lo que pasaba a Jungkook afectaba a Taehyung, quizá no de igual forma, pero sí en cantidad.

¿Algo peor que ver a la persona que amas sufrir y no poder hacer nada?

Jungkook... no podía hacer mucho, solo soportar y eso ya era bastante. Eran pocas las semanas que faltaban para el parto, pero, según Hoseok, podría romper fuente en cualquier momento. Porque el bebé era compatible con su cuerpo, sin embargo, el pequeño era muy fuerte.

—Vamos, precioso —dijo Taehyung, tomando la mano de Jungkook, besándole el dorso para salir de la habitación.

Se hospedaban en la primera planta debido a que Taehyung tenía miedo por Jungkook y las escaleras. Quería evitar riesgos, a pesar de que no eran la gran cosa.

—Los chicos dijeron que vendrían el fin de semana —comenta Jungkook, elevando la vista hacia Taehyung quien vuelve a la faceta fría que forma hacia sus empleados. —Dijeron que haríamos una pijamada, pero no estoy seguro.

—¿Por qué?

La puerta del jardín es abierta por el castaño y Jungkook sale hacia el quiosco, el primero siguiéndolo atrás, cerca.

—Sabes que el bebé no está tranquilo, si no estoy contigo. —murmura, entrecerrando los ojos un poco y posando su mano sobre el vientre. Una camisa negra de Taehyung y unos pantalones cortos flojos grises, más las sandalias del mismo color de la camisa adornando su anatomía.

—Puedes invitarlos y puedo dormir contigo —mencionó Taehyung—, Namjoon y Yoongi vendrán de todas formas.

Jungkook sopesó la idea.

—Veremos —se enderezó en el asiento—. Ahora, Jimin me dijo que deberíamos pensar en nombres.

No se sabe si era por la luz del día reflejada en los ojos de Jungkook, pero estos brillaban hermosamente, calentando el frío corazón de Taehyung que prácticamente no era frío... solo aparentaba ser frío.

—Un nombre si es niño —el azabache levantó su dedo índice izquierdo— y un nombre si es niña —alzó el otro dedo índice.

—¿Sí? ¿Has pensado en nombres entonces, bonito? —preguntó, sentándose a su lado, mirándose de frente.

—No muchos —sincera—, ¡pero hagamos un juego!

—¿Qué propones?

—Juguemos piedra, papel o tijeras —indicó Jungkook—, si yo gano elijo el nombre de niña y tú el de niño. Si tú ganas eliges el de niña y yo el de niño. ¿Quieres?

—Uhm —se hizo el que lo pensaba— acepto... —Jungkook sonrió— si me das un beso.

La sonrisa de Jungkook se extendió, acercándose a Taehyung y picando sus labios con los ajenos.

—¡Listo!

—Espera, no, Jungkook. No era corto, era con len-...

—No seas tramposo, Tae. Juguemos.

—Pero...

—¡Piedra, papel o tijeras!

[...]

—Ha estado tranquilo estos últimos días —comenta Jungkook—, creo que es por Tae... no sé.

Jin y Jimin lo observan con preocupación. El primero notando lo mal que la pasaba su amigo y el segundo entendiendo, las manos de ambos tocando el vientre abultado de Jungkook.

—JiYoon era muy inquieto —nombra Jimin, sonriendo poco—, era peor que una patada en los testículos.

—Mucho.

Se quedan callados por unos segundos, los tres pares de ojos fijos en el vientre abultado tranquilo, lo que era lo más interesante.

—Se siente como una pelota —menciona Jin rompiendo el silencio, pinchando suave los espacios en que no había moretones.

—Pero de baloncesto porque se siente duro —indica Jimin.

Jungkook se ríe por la comparación, sintiendo el estómago vacío de repente.

—¿No tienen hambre? Comamos algo.

[...]

No muy lejos de ahí, se hallaban cuatro personas fijas hacia el lugar de donde se habían levantado los marcados, preocupados y uno de ellos... asustado.

—Puedo sentirlo cobrando fuerza cada vez más... —revela Hoseok.

—Mataba de dolor a Kook por las noches, ahora no lo deja respirar casi —habla Taehyung.

La mirada del peliblanco se desvía hacia el castaño, golpeando su hombro amistosamente.

—Todo saldrá bien, Kim.

—Eso espero.

[...]

Las manos tibias de Hoseok le rozan el vientre haciendo dibujos extraños al aire, para luego ver cómo el brujo tomaba una especie de amuleto y lo colocaba como péndulo. Se movió verticalmente, luego horizontal, diagonal y, por último, circular, manteniéndose de esta última forma por más tiempo.

Los vampiros y marcados faltantes estaban ahí, presenciando todo. No es como si Hoseok le estuviera haciendo un hechizo, no, solo quería saber cómo se hallaba la criatura.

Los ojos del brujo se cierran y vuelven a abrirse con un color diferente al verde que normalmente lucía, siendo grises por completo. Recita una serie de palabras en una —quizá— lengua muerta, para volver a cerrar sus ojos y abrirlos siendo verdes otra vez.

—Está en posición, pero parece que está esperando la luna llena para nacer.