Night lovers | taekook

chapter 8 | bite

El aspecto de Taehyung no era el mejor, Jungkook lo había notado. Sus ojos carmesís estaban adornados de sombras debajo u ojeras como solían decir; su piel que normalmente era un poco acanelada se apreciaba pálida; su cabello castaño alborotado y su cuerpo descansaba en la cama matrimonial que adornaba la oscura habitación.

Taehyung había visto cada paso que había dado Jungkook, observando cómo rascaba su brazo izquierdo tal vez por incomodidad. Su garganta quemando ante el aroma del azabache y sus ojos percibiendo el suave palpitar en su garganta. Oh, ¿será que esto es el infierno?

—Hola —saluda Jungkook—, eh, ¿c-cómo te sientes?

Taehyung le sonríe débilmente, apreciando la preocupación en el tono de Jungkook. Se sentía bien el ver cómo su marcado se preocupaba por él.

—Como la mierda —responde, reincorporándose, apoyando su cuerpo contra el espaldar de hierro de la cama. Jungkook se sienta a su lado en la cama, el castaño conteniendo el ardor en su garganta y el cosquilleo en su estómago, sintiendo vértigo.

Jungkook lo observa atentamente, y como cualquier humano haría, depositó una mano sobre la frente de Taehyung queriendo comprobar si tenía fiebre. ¿A los vampiros le daría fiebre? Sin embargo, sintió todo lo contrario, lo que en un momento fue cálido, se sentía helado. Apartó su mano por reflejo.

—Creí que los vampiros no enfermaban —comenta el azabache en un susurro.

—No estoy enfermo —replica Taehyung.

Jungkook le observa, no creyéndole, por supuesto.

—Y si no estás enfermo, ¿qué tienes entonces? —interpela.

Taehyung masculla algo entre dientes que Jungkook no pudo escuchar, pero estaba seguro de que sonaba como una maldición. Frunce el ceño y le observa.

—J-Jungkook tienes que irte, por favor —pide Taehyung—, no me siento bien.

—No voy a irme —niega—, ¿te duele algo?

Taehyung observa a Jungkook, conteniéndose. Luchando con su propia naturaleza. Ah, Jungkook, ¿por qué eres tan difícil?

—No duele, Jungkook —contesta—, arde.

El azabache le mira confundido.

—¿Arde? ¿Qué arde?

Taehyung solo se le queda viendo con una expresión indescifrable, Jungkook por su parte solo se queda confundido. El azabache se queda pensando a la vez que mira a Taehyung fijamente, preguntándose qué ardía; no sabe, no llega a una conclusión exacta y raramente se siente impotente. Y hasta entonces es que no se había dado de que el malestar que solía aparecer en su cuerpo cada vez que estaba muy cerca de Taehyung, ya no estaba.

—Jungkook, tengo sed.

Kook sale de su trance después de esas palabras, aun no comprendiendo el significado de esas palabras.

—¿Quieres agua? —pregunta.

Taehyung niega, alzando su mano hacia él, acariciando su muñeca ahí donde estaban sus venas, percibiendo el pulso de Jungkook y casi escuchando la sangre correr por sus venas. Tan difícil.

—Tengo hambre —dice, esta vez creyendo que Jungkook captará el mensaje y efectivamente lo hace porque sus ojos se abren con sorpresa. Le acaricia la muñeca, observándole con ojos suplicantes. Taehyung quiere, Jungkook tiene miedo— Por favor, no voy a hacerte daño —susurra y se acerca a él, quedando sus frentes a centímetros de distancia.

Jungkook realmente sí sabe su respuesta a ello. Taehyung había sido tan bueno con él esos días que no veía otra forma de recompensar eso, a pesar de que estaba ahí en contra de su voluntad, no obstante, era su destino. ¿Cierto? Era mejor afrontar las cosas ahora que esperar a un futuro incierto y quizá Jungkook tenía uno que otro miedo pensando en qué pasaría si se negara.

El azabache entreabre los labios y es imperceptible el leve asentimiento que da. El castaño, por su parte, sabe perfectamente que no es necesaria una mordida en el cuello para poder alimentarse, puede ser en cualquier otra parte, pero se acerca a la zona, olfateando y causándole escalofríos a Jungkook. Los incisivos de Taehyung se vuelven un poco más grandes y se entierran en la piel del suave cuello de Jungkook, Taehyung comenzando a succionar suavemente, deleitándose del sabor que posee la sangre de su marcado. Tan bueno.

Jungkook siente una especie de frenesí en su cuerpo, se siente caliente y con cada succión de Taehyung se calienta aún más, ondas de placer llegando a su cuerpo rápidamente y su marca arde. Sus mejillas se enrojecen, sus ojos se cierran y su respiración se acelera. Quiere más, quiere que Taehyung siga porque se siente desesperado.

Aprieta los labios, tratando de evitar que algún sonido obsceno salga de estos, pero una succión profunda por parte de Taehyung hace que todo el control que tenía sobre su cuerpo se marche.

—Ah —suelta un gemido y lleva una de sus manos a las hebras castañas, apretando a Taehyung contra sí. Si hubiese sabido que así se sentía la mordida de su vampiro, lo habría pedido en sus inicios con él.

Tras el paso de unos segundos de succión, Taehyung trata de separarse suavemente, pero Jungkook se le impide, ya que en un movimiento rápido se sube a horcajadas sobre él. Es cuando Taehyung entiende en el trance que Jungkook ha caído.

La primera mordida siempre es la más excitante, el deseo consume al marcado y suele perder control. Taehyung lo sabía, pero Jungkook no. Y por un momento, el castaño se arrepiente, porque a pesar de que Jungkook le había dado su consentimiento para ello, se sentía como si no.

Utilizando su fuerza sobrehumana, alejó a Jungkook de golpe sin hacerle daño y girando en la cama. Jungkook queda con la espalda pegada a la cama, Taehyung en medio de sus piernas. Los ojos de Jungkook brillando, mirándole con reclamo.

—Basta, Jungkook —la voz de Taehyung suena autoritaria, sus ojos rojos amenazándole y las comisuras de sus labios con un hilo rojo pequeño de la sangre de Jungkook. Jungkook no responde, sin embargo, Taehyung tiene que cerrar los puntos que había hecho en su cuello, así que vuelve acercarse al cuello del azabache lamiendo despacio. La acción parece sacar del trance a Jungkook que internamente se siente tan abochornado.

—¿Todo bien? —Taehyung se incorpora y se sienta al lado de Jungkook, no queriendo incomodarlo por la posición en que estaban.

Jungkook asiente.

—¿Q-Qué fue e-eso? —tartamudea el azabache, aún abochornado y con las mejillas rojizas.

—Es por la mordida, Kook, lo siento, debí habértelo dicho —se lamenta el castaño, pero Jungkook niega suavemente.

—Lo importante es que estás bien, ¿no?

Taehyung le sonríe.

—Sí, gracias a ti ahora lo estoy.