Night lovers | taekook

chapter 31 | who doesn't know the story

Las armas son tomadas por un azabache que porta un traje militar, el ceño lo mantiene fruncido y asesina con la mirada a la persona que trata de alentar su deber.

—No vayas, tengo un mal presentimiento sobre esto.

El de cabellos negros se ríe con sarcasmo a la vez que engancha sus armas en el arnés de su traje, moviendo su cabello lacio hacia atrás.

—Es mi deber ir, no puedes impedirlo y no eres nadie para decirme qué hacer.

La persona alta de cabellos castaños se posa en frente del militar, tratando de obstruir su salida con su cuerpo. La mirada herida por las palabras dichas con anterioridad, pero con la voluntad de hierro.

—Soy el vampiro al que fuiste vinculado, además de-

—Me importa una mierda el vínculo que podamos tener tú y yo, o bien, solamente tú porque yo no siento nada —interrumpe el soldado—; vete a chuparle la vena alguien por ahí y déjame hacer mi deber.

—Jeongguk...

—No menciones mi nombre, no vuelvas a buscarme y déjame ir. —las palabras dichas por el azabache una vez más desestabilizan al castaño, porque lo único que suelta es veneno por aquellos apetitosos labios.

El soldado sabe que aquellas palabras siempre desestabilizan a aquella persona, sin importar las veces o con la frialdad con que las diga él seguiría apareciendo frente a él... quizá por eso fue por lo que aceptó con más emoción de la normal al ir al campo de batalla.

La guerra entre las dos Coreas estaba en su punto de ebullición y a un conjunto de civiles sumando tropas estadounidenses, surcoreanas y de demás naciones se les fue encargado orientar a las tropas norcoreanas hasta el Perímetro de Pusan. Jeongguk fue encomendado a ser parte de estas tropas surcoreanas y por ello el vampiro no quería dejarle ir.

Temía por la vida de su marcado.

—No puedes hacer esto —intentó una vez más el vampiro de detener al soldado.

—¿No? Mírame cómo lo hago.

Salió de la tienda con las municiones, armas y demás necesidades para su defensa y protección, reuniéndose con los demás y no faltó poco para partir de ahí. El soldado no volvió a ver al que fue su vampiro.

Y cuando al campo de guerra se llegó, cuando los soldados se socorrían entre sí y defendían el sur del norte... un enfrentamiento a mano surgió entre un soldado norcoreano y Jeongguk.

Pero la distracción en la pelea distorsionó toda la escena, todo pasó en cámara lenta.

—¡Retrocedan! ¡Es una orden!

El bullicio de la lucha, los soldados gritando y las armas siendo disparadas no permitieron a muchas tropas escuchar.

Y todo comenzó a estallar.

Tratando de retroceder, Jeongguk se halló con una bomba a sus pies... y el vampiro corriendo hacia él antes de que todo estallara.

—¡Taehyung!

[...]

—Era de esperarse que se corriera la voz —habló Hoseok.

—Lo sé, pero que hablen de mi hijo me incomoda —menciona Taehyung, tomando una manzana del frutero y comenzando a picarla.

Tanto él como Hoseok se hallaban en la cocina mientras Jungkook se hallaba arriba descansando. Hablaban de todo lo que pasaba en el bajo mundo, como solía decírsele al mundo al que pertenecían, referente a los rumores que se habían esparcido en él.