chapter 25 | lies

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—Así que... ¿me estás diciendo que desapareciste sin explicación alguna durante todos estos meses para escaparte con tu novio?

Jungkook asintió, mientras se llevaba una rodaja de pan con pasas a la boca. Un crujiente y dulce pan de pasas.

—¿Te das cuenta de que eso no tiene sentido, Kook?

Yugyeom no podía creerlo. Presentía que algo más pasaba ahí, pero sí su amigo no quería decirle era por algo. ¿No?

—Es la verdad, Yug.

Al día siguiente después de despertar, Jungkook había revisado su buzón de mensajes, notando el sinnúmero de mensajes de voz que tenía en el teléfono fijo de casa por parte de Yugyeom y de su institución universitaria. Al último le restó importancia, pero al primero, a Yugyeom, su amigo, enseguida le contactó. Yugyeom se sorprendió en cuanto vio una llamada entrante del azabache, porque este había estado desaparecido durante meses e incluso llegó a pensar en que debía reportar aquello a la policía por si acaso, pero no. Ahí estaba Jungkook, frente a él, comiendo una rápida merienda que habían ordenado en una cafetería. ¡Incluso su supuesto novio estaba ahí!

Para Yugyeom, fue toda una sorpresa el haber conocido al novio de su amigo, porque para ser sincero, jamás había visto a Jungkook con una persona en sentido amoroso. Y eso que llevaban bastante tiempo conociéndose, pero sobre todo nunca pensó que al azabache le iban los chicos.

Pobre de él que no sabía lo que pasaba allí.

—¿Y cuánto tiempo llevan juntos? —interpela el ahora pelirrojo Yugyeom.

—Uhm...

¿Cuánto tiempo era correcto para que su mentira fuese lo suficientemente creíble?

Ah, Jungkook odiaba mentir, pero era inevitable el hacerlo.

—D-Dos años, uhum, dos años y medio —responde.

El pelirrojo eleva las cejas, absolutamente no creyendo esa vil mentira.

—Okay, digamos que te creo.

El azabache toma el vaso de zumo de uva y toma un profundo trago. Pasando luego la manga de camiseta por sus labios, quitando las migajas de pan que deben de haber quedado.

—¿Entonces vas a abandonar la carrera?

El silencio abunda después de aquellas palabras. Y Jungkook tiene que plantearse la pregunta en su mente por unos minutos.

Realmente sabe que no está en una posición de decir "sí, volveré", está embarazado y pasando por una cierta situación debido a su unión. Sabe que no puede volver —y no es como que quiera de todas formas—, así que asiente levemente.

—Por un tiempo —contesta—, pero regresaré. Están pasando unas cosas y también me volveré a ir de la ciudad, Taehyung y yo-

—¿Volverás a irte? —interrumpe Yugyeom, casi atónito. —¿Qué mierda hizo ese chico como para que tengas que irte?

Jungkook observa a su amigo quien hace lo mismo con él y se encoge de hombros.

—Es difícil de explicar —suspira el azabache, rascándose el brazo, incómodo.

Taehyung está en la habitación, escuchando todo. Queriendo salir de ahí y decirle todo al pelirrojo que fue a visitar a su chico, restregárselo en el rostro. Pero no lo hace.

No era broma cuando se hablaba sobre lo territorial que son los vampiros.

El castaño está mirando al techo, siendo todo un cotilla. Está pendiente a la conversación que se está llevando en la sala de ese departamento, en vez de escuchar a Hoseok hablando sobre hierbas medicinales e inciensos que dejará para Jungkook en el transcurso de su embarazo. Aunque, para ser sincero, está pendiente a las dos cosas.

—Hasta aquí siento tus celos, Taehyung —burla Hoseok, haciendo un ademán con su dedo, señalando el sitio en donde está.

Taehyung lo ignora y sigue prestando atención a la conversación que está siendo llevada a cabo fuera de ahí.

[...]

—Me avisas cuando te vayas, Jungkook —habla Yugyeom, parado en el umbral de la puerta. Ya se iba.

—Sabes que no me gustan las despedidas, Yug.

—No es como que te vayas a ir para siempre, Kook —sonríe el pelirrojo.

¿O sí?

—No, no lo es —la sonrisa que brinda el azabache esta vez tiembla.

—Fue genial volver a verte. Adiós, Jeon.

—Lo mismo digo, Kim.

Sacuden sus manos un poco y luego Yugyeom se aleja, entonces Jungkook cierra la puerta. Se apoya sobre la superficie, cerrando los ojos y soltando un suspiro.

Cuantas mentiras fueron dichas esa tarde.

—¿Estás bien, cariño?

La voz le hace abrir los ojos, apreciando a Taehyung a tan solo unos metros frente a él. Sonríe leve y asiente. Es ahí cuando nota al brujo con el maletín de mano con el que había llegado y una túnica morada envolviendo su anatomía.

—¿Te vas? —pregunta Jungkook y Hoseok le brinda una sonrisa cálida.

—Tengo cosas por hacer y no puedo quedarme —el brujo se acerca y le extiende la mano al marcado—. Un gusto haberte conocido, Jeon Jungkook.

—Un gusto haberte conocido también, Jung Hoseok —recibe la mano del brujo y la agita suave.

La sonrisa de Hoseok no se quiebra, a pesar de que al ocurrir el apretón de manos ve algo. Un futuro tranquilo, cálido y fructífero.

Es seguro.

El inmortal Kim Taehyung se había unido a su marcado esta vez para ser feliz. Sin malos ratos, sin pérdidas, sin dolencias.

El futuro prometía, pero seguía siendo incierto, por lo que rogaba a los dioses de los cuales poseía conocimiento que dejaran al vampiro y al marcado ser felices y disfrutar de esa felicidad.

Kim Taehyung y Jeon Jungkook debían ser felices, no solo por estar juntos, sino porque se lo merecían.

Porque después de siglos de sufrimiento, después de siglos llenos de soledad, ansiedad y un vampiro casi sumido en depresión... los que estaban destinados a ser por fin serían.

—Los volveré a ver en unos meses —menciona el rubio, colocando su mano sobre el vientre del marcado. La vida de un ser poderoso llegaría y la tierra

De la unión de un vampiro antiguo y de un marcado con un sinnúmero de habilidades, los débiles no nacían. Por lo que la criatura creciente también prometía... y mucho.

Night lovers | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora