chapter 2 | the beginning of the end

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El jueves había llegado. La llovizna se cernía por todo Busan, siendo raro, puesto que era inicios de verano y el calor empezaba a hacerse más fuerte en esa época.

Habían pasado seis días después del incidente en los sueños de Jungkook, quien se sintió aliviado de por lo menos haber descansado algo esos días. El mencionado estaba desempacando sus compras del supermercado después de haberlas hecho —obviamente—.

Yugyeom le había llamado hace unas horas para avisarle que las clases en la universidad han sido suspendidas por el avance de una tormenta por todo el territorio y Jungkook se sintió aliviado, puesto a que había dejado atrasar algunas tareas de sus materias correspondientes. Todo por haber decidido hacer cursos de verano. Él aún no estaba seguro con la profesión que había elegido, pero creía fervientemente que solo bastaba el gusto para saber qué quería llegar a ser en un futuro y Jungkook amaba el diseño gráfico con su vida; sin embargo, ahora que ahondaba un poco más en la materia se comenzaba a arrepentir.

Jungkook no trabajaba —y no era porque no conseguía trabajo—, su padre le había dejado lo necesario para sustentarse su vida entera y quizás algo más. Así que había invertido el dinero que su padre le había dejado en alquilar un departamento lo suficientemente amplio para él vivir —después de haber vendido la casa en la que vivía desde los quince años—, dividía los costos y los gastos de forma en que le sobraba lo necesario para que pudiera consentirse de vez en cuando. Estaba hecho todo un contable.

Si hablamos de la crianza de Jungkook, a decir verdad, no fue muy divertida y él no se acordaba mucho de ella. Su madre murió mientras daba a luz a él, su padre lo cuidó desde entonces y por alguna extraña razón siempre estaban viajando; su padre usaba de excusa el trabajo, pero al pasar los años Jungkook dudó de que fuera por eso. El único lugar en que había permanecido más era Busan —lugar en que residía actualmente—, ocho años llevaba ya y no pensaba en mudarse, aún. Al haber llevado una infancia y mitad de adolescencia muy movida por viajes, Jungkook no tuvo la oportunidad de hacer amigos. Hasta ahora, su único amigo cercano era Yugyeom y se conocieron gracias a un trabajo en equipo que tuvieron que hacer juntos en su primer semestre universitario, y eso porque en secundaria Jungkook era una persona muy introvertida ... y aún lo era, digamos.

Descansando sus brazos, después de haber organizado todo, Jungkook comenzó a lavar los platos —escasos, porque vivía solo— que había utilizado ayer y no le había dado tiempo en su momento de lavarlos.

Por algún motivo, se sintió inquieto desde hace dos días, cosa que tampoco le ayudaba a concentrarse en los montones de tarea que tenía por hacer. Algo que le frustraba.

Sentía su cuerpo molido por el cansancio, aun cuando la noche anterior descansó lo suficiente. Sin embargo, fue despertado temprano en la mañana por su despertador para que fuera a hacer las compras necesarias para su sustento. No podía seguir alimentándose de comida instantánea o tendría problemas, seguro.

Secó sus manos con el paño de cocina y se dirigió a su habitación con el propósito de avanzar con su tarea. Tomó asiento en la mesa de estudio que ahí mismo estaba y se dispuso a completar las investigaciones teóricas que tenía por hacer, aburriéndose de camino.

[...]

Pasadas unas cuatro horas, Jungkook se había levantado de su silla para ir a por algo para comer y luego de ello volvió a su, el cansancio haciéndose más pesado. Se recostó en su cama junto con su teléfono, jugando uno que otro juego y viendo videos para entretenerse un poco. Sin darse cuenta, sus párpados comenzaron a cerrarse. Había quedado dormido, mientras que fuera de ahí la lluvia comenzó a incrementar cayendo con fuerza del cielo.

Algo de seguro anunciaba.

[...]

En otro lugar a unos kilómetros del apartamento de Jungkook, se encuentra un castaño, esbelto y sombrío.

—Que nadie moleste mi habitación, Yoongi —mangoneó, a la vez que comenzaba a subir las escaleras.

—Sí, señor.

➰➰

Esa tarde prometía mucho, otro hijo de Adán sería arrebatado. Y al parecer, los cielos sabían sobre ello porque la tormenta se asentó por todo Busan y no parecía querer detenerse.

El cuerpo de Jungkook se contrajo en su cama, sintiéndose ahondar a una pesadilla o quizá sueño ... Al cual llegaría y jamás escaparía.

Una pesadilla puede volverse real en tan solo un segundo.

Night lovers | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora