chapter 36 | their

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—Es precioso, Taehyung.

—Lo es.

El mencionado acomoda a su bebé envuelto entre una manta tricolor amarilla, azul y púrpura para más tarde sostenerlo entre sus brazos cuidando su cabeza para que se apoye en su brazo. El bebé bosteza y los demás en la habitación de Taehyung sonríen suave. Incluido Jungkook a pesar de que el cansancio le cierra los ojos y le hace casi caer en la inconsciencia, pero no se deja.

Fue una travesía la vuelta a la mansión a través de la tormenta, de la misma forma en que fue salir de ella. Tuvieron que esperar mucho tiempo en el agua del manantial hasta que la placenta saliera del cuerpo de Jungkook y enterrarla cerca del sitio como tradición, además de tener que buscar una piedra filosa para cortar el cordón umbilical del niño, como tradición por igual. Debajo de la lluvia todo fue más complicado.

Si bien los relámpagos habían cesado por un momento, los truenos no y eso mantenía a Jungkook y al bebé alterado, este último se pasó el camino de vuelta llorando.

El sonido del llanto del bebé fue el que alertó a todos de la vuelta del vampiro, el brujo y el marcado... y el bebé. En la casona se armó un caos, los sirvientes observando atónitos al pequeño, pero fueron interrumpidos por órdenes del vampiro para que cambiaran las sábanas de su habitación y acomodaran para más tarde depositar el cuerpo agotado de Jungkook en la cama y proceder a acompañar al brujo pendiente a lo que hacía con su bebé.

Hoseok revisó a Yeonjun —el bebé—, a pesar de que no era necesario. Estaba en buena forma. Gordito, pequeñito, con unos ojos negros como la noche y llorando; pero lo más curioso recayó en la marca que tenía cerca de su pelvis, era extraña y sabía que confusa, puesto a que aún estaba pequeña.

Había que esperar.

El pequeño no abandonó su llanto, sino hasta que Taehyung lo sostuvo en brazos por primera vez. El corazón se le ablandó al vampiro. Tener al pequeño entre sus brazos desde ese momento le había sacado una sonrisa y a todos los presentes en la habitación por igual.

Todo esto los llevaba ahora a este momento, a los siete hombres y a la nueva persona en la habitación de Taehyung. Jungkook estaba recostado, Jin y Namjoon de pie, Hoseok cerca de Jungkook revisando la temperatura, Yoongi abrazando a Jimin por la cintura en el sofá de la habitación, todos observando atentos la interacción de Taehyung con el bebé.

Se sentía una paz tranquilizante en el ambiente. Muchos de ahí felices por el vampiro y por su marcado después de más de un siglo de sufrimiento.

Si a Taehyung le preguntaran si valía la pena el pasar más de mil años detrás de buscar la felicidad para con su marcado, podría responder un certero sí. Lo valía. No podía confirmarlo con palabras quizás, pero sí con hechos. Y un hecho era la preciosa criaturita que sostenía entre sus brazos.

Yeonjun sonrió leve y Taehyung se sintió derretir. Estaba flechado por su bebé.

—Bien, Jungkook, todo marcha bien. Trata de descansar ahora, tu cuerpo necesita un descanso, todo volverá a la normalidad dentro de 48 horas—mencionó Hoseok.

Curioso, pensó Jungkook.

Resultaba extraña la forma en la que el menor percibía su cuerpo postparto. Pensó que quedaría hinchadito por algunos días debido a la inmensidad en que fue su vientre en los últimos días de su embarazo, pero resultó no ser así; parecía que él nunca había estado embarazado porque su cuerpo estaba devuelto a cómo lo recordaba en primer instante: esbelto y con leves músculos marcados en su abdomen.

Y realmente era como sí.

—Gracias, Hobi —susurró, mientras veía a Taehyung tomar asiento a su lado con el bebé en brazos todavía.

Night lovers | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora