Días después...
Mark se había marchado y la semana se había convertido en un extraño campo de minas. Había sido desalojado de su hogar por una obra que llevaría más de lo que quisiera, ni todas sus quejas y amenazas habían conseguido que su marido atendiese a razones, por no mencionar que el equipo de trabajo se encogía de hombros cada vez que les pedía el presupuesto.
«Hable con su marido».
Si volvía a escuchar esa frase una vez más iba a ponerse a gritar.
Lo que no había conseguido él era que se quedase en el lujoso hotel, cosa que le habían comunicado, ya que no tardó en llamarlo para intentar dialogar con el.
Había perdido estrepitosamente, pues se estaba quedando en el estudio a pesar de las quejas de sus compañeros, quienes le ofrecieron sus casas.
Pero lo más sorprendente de todo era lo extraño que le resultaba ahora terminar la jornada de trabajo y encontrarse solo, sin nadie que la esperase, que le sacase de quicio con su sola presencia... tanto que se encontraba esperando impaciente las llamadas nocturnas que solía hacerle Mark y que se extendían durante horas, hablando sobre el trabajo en la organización del evento o tonterías como cuál era su color favorito o convencerlo en coger un avión para reunirse con él ya que sus planes de trabajo se habían complicado a mediados de la semana y no podría volar el próximo fin de semana.
Tenía que admitir que hacía tiempo que no se reía como lo hacía con él, que empezaba a disfrutar de sus conversaciones y locas ocurrencias, aunque siguiese sacándolo de quicio.
Su abogado también había conseguido al fin la copia del acta matrimonial y la había puesto al tanto del proceso a seguir para tramitar el divorcio... uno que ahora empezaba a encontrar menos acuciante.
Empezaba a plantearse si debiese iniciar ya los trámites o esperar, unas dudas que no debería tener, pero con todo el trabajo extra que estaba teniendo, había optado por dejarlo de momento a un lado.
Encargarse de la organización de la fiesta de beneficencia se había convertido en algo primordial, estaba poniendo todos sus recursos y esfuerzos en ello, por suerte los pequeños detalles que quedaban eran fáciles de solventar y el apoyo de sus dos compañeros respaldaba la falta de tiempo.
Taeyong había pasado por el estudio el martes para decirle que volvía a casa, lo había amenazado con volver con toda la familia si no le cogía el teléfono y le había recomendado que les dijese a sus hermanos sobre su matrimonio cuando estuviese convencido de que Mark era el hombre de su vida.
«Él es el hombre perfecto para ti, solo necesitas un poco más de tiempo para hacerte a la idea».
Con quien seguía enfurruñado era Renjun, seguía sin responder a sus llamadas, pero lo que no había podido ignorar era el último mensaje de su hermano menor.
«Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma».
Una sutil manera de decirle que acabaría haciéndole una visita, lo quisiera o no.
Taeyong había hablado con él y la había puesto al tanto de la acalorada discusión que había mantenido con Renjun y su decisión de zanjar aquel asunto. Eso había sido el martes y ya estaban a jueves.
Echó un vistazo a su reloj, todavía tenía un par de horas antes abandonar el salón dónde se celebraría la fiesta de beneficencia dentro de siete días.
Las estructuras estaban listas y habían sido probadas, las montarían dos días antes para que diese tiempo a cerrar la decoración. Los centros de mesa habían llegado una muestra aquella misma mañana y casi había llorado de alegría al verlos. Se había pasado el tiempo aprobando cosas y haciendo fotos para enseñárselas al señor «lo que tú digas, querido».
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ღ 𝐔𝐍𝐀 𝐁𝐎𝐃𝐀 𝐄𝐍 𝐂𝐇𝐈𝐍𝐀 ღ || ᴹᵃʳᵏʰʸᵘᶜᵏ
Fanfiction«Haechan llegó para impedir una boda y Mark acabó casándose con el novio equivocado» ✗ Portada elaborada por 𒆜SΞИSΞI𒆜 ↬ 𝙉𝙊𝙏𝘼: 𝙎𝙞 𝙚𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙧𝙖𝙣 𝙖𝙡𝙜ú𝙣 𝙚𝙧𝙧𝙤𝙧 𝙤𝙧𝙩𝙤𝙜𝙧á𝙛𝙞𝙘𝙤, 𝙣𝙤 𝙙𝙪𝙙𝙚 𝙚𝙣 𝙖𝙫𝙞𝙨𝙖𝙧𝙢𝙚 ¡𝙌𝙪𝙚 𝙙�...