CAPITULO FINAL

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Al día siguiente...

—Tranquilo, brujito, te prometo que hoy no necesitarás la escoba —le aseguró su marido, viendo cómo se removía en el asiento de la limusina.

Al contrario que él, Haechan se había pasado el día en modo huracán, se había encargado personalmente de que todo estaba en su lugar, que las flores habían llegado, el catering estuviese preparado y los camareros supieran a dónde tenían que ir y lo que tenían que hacer. Solo había abandonado el lugar cuando Jaemin la amenazó con llamar a Mark para que se la llevase y este mismo corroboró sus palabras amenazando con ir a buscarlo y sacarlo de allí sobre su hombro.

El traje que había encontrado sobre la cama, era un pecaminoso sueño de color rojo oscuro, con un escote en V y que hacía juego con los pendientes con los discretos rubíes que

Mark le había obsequiado como tardío regalo de bodas.

«Si te vieses a través de mis ojos entenderías por qué no puedo sacarte las manos de encima».

Y así estaba ahora, sentado en la parte de atrás de una limusina, vestido para una fiesta benéfica y al lado del hombre más sexy del planeta. Él llevaba un traje italiano negro hecho a medida y una camisa del mismo color que el traje del menor con una corbata un tono más claro que acentuaba su piel clara y su rubio pelo; estaba para comérselo.

—No sé, Mark, quizá tenga que alejar a los moscardones...

Sonrió ampliamente, dedicándole esa pícara mirada.

—Y sin duda se te daría de vicio.

La besó suavemente en los labios y la atrajo más cerca de él.

—Habremos terminado esto antes de que te des cuenta —aseguró—, y cuando hayamos cumplido, podremos dedicarnos a planificar nuestros propios pasos.

Irse a vivir con él a Seúl durante unos meses y probar entonces a pasar otra temporada en la suya.

Ambos iban a tener que sacrificar algo si querían que aquello funcionase, si querían darle una oportunidad a lo suyo y crear su propio futuro.

Habían hablado, habían sopesado pros y contra, sabía que necesitaría todavía unas días para ver cómo podía organizarse, pero estaba dispuesto a dar ese primer paso.

Dejar el estudio era duro, pero no lo estaría dejando desatendido, pues tenía dos compañeros que podrían continuar con su labor, mientras el teletrabajaba desde Seúl y abría la posibilidad a buscar nuevos clientes.

Aquello era lo que siempre había deseado, a lo que había aspirado, hacer un buen trabajo y disfrutar de lo que hacía.

—Tendré que hablar con los chicos —aceptó—. No quiero contratar a alguien más, ellos han estado conmigo desde el principio, no hay personal mejor y más cualificado.

—No se trata de renunciar a tu vida o a tu trabajo, Haechan, solo readaptarlo —le aseguró—. Tendrás todo lo necesario para seguir obrando tu magia allí donde estemos...

Asintió. No iba a ser egoísta, sabía bien que era más sencillo que él se mudase con Mark que al contrario y a pesar de ello, Mark estaba dispuesto a trasladarse si eso significaba quedarse con él.

Su entrega y cariño, el deseo de permanecer a su lado la hacía sentirse querido y muy arropado, algo que no había experimentado antes, no a nivel amoroso.

—Lo sé, lo sé —aceptó, ladeó la cabeza y lo miró—. Lo que ya no me convence tanto es el tener que subirme en un avión. De verdad, podemos explorar otras opciones...

—Ni de broma —chasqueó él—. Además es uno privado, estaré a tu lado... Lo harás.

—Tú quieres que te vomite encima —aseguró.

ღ 𝐔𝐍𝐀 𝐁𝐎𝐃𝐀 𝐄𝐍 𝐂𝐇𝐈𝐍𝐀 ღ || ᴹᵃʳᵏʰʸᵘᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora